MIGUEL BAHACHILLE M. | EL UNIVERSAL
¿Qué significa que una mujer con 9 meses de embarazo (31años) y su pareja (38 años) puedan ser asesinados a tiros a plena luz día por motorizados que escoltaban un cortejo luctuoso por las adyacencias de la alcabala N 3 del Fuerte Tiuna?. El conductor del vehículo (padre de la dama ultimada) "se salvó" recibiendo "sólo" 2 balazos. Este señor de 64 años, barajado entre el tumulto de motos, osó perturbar la comparsa sin la venia de los pistoleros. En la Venezuela de hoy se cometen fechorías "al aire libre" con la certeza de que autores no serán sancionados. Están protegidos por el catastrófico índice de impunidad del 93% (OVV). Así pues éste no es un hecho aislado; por el contrario, "muy normal".
Esa acción patibularia, y 15 barbaries similares ejecutadas por catervas de motorizados en 2014, son parte del "cortejo fúnebre integral que afecta a Venezuela". El año pasado el país "ostentó" otro récord fúnebre con 25 mil homicidios (OVV). Era de prever que el desafío de los motorizados a la ley, que turba la paz de "todo el mundo", no podía tener una sinopsis diferente a la sufrimos a diario.
¿Cómo hemos llegado a esa perversidad delictiva que atenta contra los bienes y la vida de 30 millones de habitantes? Las instituciones básicas, aquellas que primariamente les correspondería instituir la civilidad y garantizarla, como ocurre en los estados democráticos, están en bancarrota. Vegetan aglutinadas por posiciones radicales en beneficio de unos cuantos. El resto del país, es decir la mayoría, poco importa. Chávez jugó con la leyenda de La Sociedad Masas para instituir un "socialismo permisivo" anárquico e impune.
Motocicletas no identificadas, proliferación de armas de fuego sin control, multiplicidad de cuerpos policiales discordes respecto de sus funciones, hacinamiento carcelario y corrupción, configuran un cuadro de miedo que se ha hecho inabordable para el régimen. ¿Debemos asentir con un patrón delincuencial calificado por algunos como "popular e instintivo"? La masividad del delito es tema diario no solo en titulares de prensa; también en nuestra familia.
Las secuelas de este infortunio se traduce en aislamiento social pues el vecino ocupa buena parte de su tiempo e intelecto escrutando vías de protección. Como si fuera poco debe escudriñar "momentos especiales" para incorporarse a las patéticas colas. Mientras eso ocurre el Presidente y sus adláteres "se distraen" inventando tipificaciones arbitrarias entre "traidores y patriotas". El venezolano está desamparado porque no encuentra orientación alguna que lo instruya a sobrellevar esta hecatombe nacional. ¿Es criticable entonces que los jóvenes emigren buscando estabilidad?
El proceso destructivo iniciado hace 15 años, lejos de restañarse, empeora con los días. Y por contrario, se ha instituido una política represiva pero no contra delincuentes sino para obstruir las perspectivas de desarrollo de nuestros jóvenes. Cuarenta de los 86 detenidos por ejercer el derecho a manifestar están encarcelados en el SEBIN. El promedio de edad de esos reclusos es de 30 años (El Nacional, 22 de marzo, 2015).
Mientras en el país se incrementan las reclusiones y los cortejos fúnebres, la delincuencia continúa asesinando y delinquiendo a sus anchas. Basta revisar las tétricas estadísticas para corroborarlo. La impunidad del delincuente ciertamente se ha convertido en la más grave amenaza para la paz y la convivencia necesaria. ¿Verdad que el presidente Obama está muy lejos de todo esto?
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@MiguelBM29
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