No leer con claridad los resultados redunda en graves daños para el país
OSCAR ARNAL | EL UNIVERSAL
Las elecciones parlamentarias se convirtieron en un gran plebiscito, donde se le dio un "No" rotundo a la gestión económica. Ya basta de exacerbar el modelo rentista petrolero. El pueblo no votó por los diputados, sino para castigar la más alta inflación, la escasez, las colas y la inseguridad desbordada. Es un pueblo sediento de cambio, que le dio más de dos millones de votos de ventaja a la oposición.
No leer con claridad los resultados redunda en graves daños para el país. El gobierno tendría que dar de inmediato un fuerte golpe de timón para trazar entre otros, un rumbo diferente a la política del control de cambio, que ha permitido que una página en Internet como dolartoday.com siga fijando la tasa de precios y genere una profunda distorsión, acompañada de márgenes cada vez más bastos para la corrupción. Así mismo la integración del gabinete económico debía estar compuesta por verdaderos cuartos bates, preparados especialistas con experiencia en el campo económico nacional e internacional.
La clarinada popular debía traer como consecuencia la declaratoria de la emergencia económica y la convocatoria de todos los sectores para mediante el aporte de soluciones resolver la crisis en función del bien común. De seguirse posponiendo las medidas, el pueblo terminará mucho más pobre y se corre el riesgo de otra explosión social a imagen del "Caracazo".
El pueblo también está harto de la promesa falsa, y de la pugna estéril, que no se traducen en mejoras colectivas. El conflicto de poderes al que nos están llevando, donde un TSJ renovado a última hora, amenaza con bloquear cualquier iniciativa opositora, podría conducir a la activación del revocatorio presidencial y quizás a una Constituyente. Que a partir del 5 de enero puede ser convocada por la nueva Asamblea Nacional para transformar el Estado, al tener la oposición la mayoría calificada. En una Venezuela donde se ve casi imposible llegar a mínimos consensos, para lograr los cambios y la gobernabilidad que el pueblo clama, habrá que insistir en el diálogo, la vía pacífica y constitucional. Y ojalá y no encierren a los venezolanos en el terrible trance de tener que invocar el derecho a la rebelión establecido en el 350 y el 333 de la Carta Magna, que podría conducirnos a los peores momentos de nuestro pasado histórico.
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@OscarArnal
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