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miércoles, 14 de agosto de 2013

Carta a la RAE. Por Miguel Weil



MIGUEL E. WEIL DI MIELE | EL UNIVERSAL

Lo que sigue a continuación es fantasía. Una situación que sólo podría ocurrir en un mundo imaginario y de pura ficción:

"Real Academia Española,
Calle Felipe IV, 4, Madrid,
Reino de España.

Señores y Señoras Inmortales e Inmortalas:

Ante todo, reciban ustedes y ustedas un gran saludo de parte del pueblo revolucionario y de la puebla revolucionaria, que expresan el afecto profundo que desde el más allá envía el Gigante, expresando con expresiones el amor a todos y todas.

La presente misiva tiene como por objeto, hacerle de mi parte a ustedes una solicitud, solicitando que en vista de los avances alcanzados por las mujeres revolucionarias, única y exclusivamente gracias y sólo gracias al Gigante Padre de todas ellas, sin quien no serían nada (tal y como se ha demostrado en los años de revolución) sea considerada la inclusión de la palabra millona, cuando se hable de una y millonas, cuando se hable de varias veces un millón de mujeres. El millón, que me encanta ojo, que no es que yo tenga nada en contra de ellos, no obstante pero sin embargo, también me encanta la millona, que no es igual que una milloná, que también tengo, cosa que puede parecer que no es normal. Ni normala tampoco. Por supuesto, la solicitud es para que se incluyan distinciones de género en general o generala (no del ejército sino el otro significado), para todo y todas las situaciones posibles en cuanto a numeración se refiere, por ejemplo: Miles y Milas; Cientos y Cientas (que no es que sean cenicientas, sino cien mujeres, aunque la cenicienta no es que sea mala, mujer obrera, que habla con pajaritos, que un día se puso las botas, y así sin más, se agarró el castillo para ella sola. Que coronó, literalmente); Millares y Millaras; docenas y docenos; y siendo una docena el número de puntitos de la pieza más alta del dominó, pues que se le pueda decir cochina o cochino, ya que estamos, arreglemos todo esto de los géneros, que es lo que el comandante supremo siempre quiso para la mujer, a la que él respetaba y exaltaba a diario, cuando le quería dar lo suyo, y lo suya. "Sale el que tenga el cochino".

Hago la solicitud porque por esta sangre mía corre la sangre de Bolívar, y la de Andrés Bello, que siempre hubiesen querido que se incluyera la distinción de géneros y generas como es natural en cualquier idioma que quiera respetar a la mujer nueva de este siglo o sigla, y en su nombre y en la de la América Latina toda y todo que habla español, le pido que cambien las reglas del idioma que haga falta y que hoy son y contienen en su contenido la actitud del imperio de los conquistadores machistas que saquearon a nuestros indígenas e indígenos.

Para su deleite, toda nuestra legislación ya incluye las distinciones por género, o al menos la redactada en la Quinta y Quinto República, y puede ser de gran utilidad para lo que consideramos la correcta utilización o correcto uso del idioma.

De antemano y antemana agradecido por su cordial atención sobre este asunto de importancia relevante para todos nosotros y nosotras, en nombre del pueblo y puebla de la República Bolivariana de Venezuela.

Atentamente,

"Ya saben quien"

Twitter: @weilmiguel

miguelwd@yahoo.com


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