Se pregunta uno por qué vía y a qué costo llegaría el producto a su destino...
ADOLFO P. SALGUEIRO | EL UNIVERSAL
Como si fuéramos pocos parió mi abuela" es un dicho popular que resalta la mala suerte del que está desbordado y encima de ello le llegan dificultades adicionales. Eso es lo que ocurrió en Venezuela hace apenas unos días sin que aparentemente el público en general se diera cuenta.
Nos referimos a la visita a Caracas del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, quien fue recibido con honores protocolares como corresponde a un jefe de Estado extranjero y mas aún en el caso de aquellos que militan en un mismo bando. Hasta allí la cosa hubiera podido pasar sin mayor pena ni gloria. Pero no... el gobierno bolivariano no pudo contener su predisposición al protagonismo sin sustancia que lo caracteriza desde la época del difunto "Gigante".
Lo que pasa es que antes las alforjas llenas permitían cualquier exceso y la habilidad del susodicho sustentaba cualquier promesa por insólita que fuera tal como la construcción de una refinería en Vietnam, otras muchas en Centroamérica, la asociación con Petrobras para la mega refinería Abreu e Lima en Recife (Brasil), el gasoducto a través de Suramérica y cuanta fantasía pasaba por la mente de aquel prestidigitador de sueños. Naturalmente casi ninguna de esas promesas se cumplía pero todas ellas captaban la atención y nutrían esperanzas y agallas de muchos.
Pero ahora, cuando las alforjas se vaciaron y las necesidades internas insatisfechas impulsan el desencanto uno pudiera aspirar a que el gobierno fuera mas realista y consecuentemente austero. Pero no... llega un jefe de Estado extranjero de un país con el que nada tenemos que ver salvo una solidaridad teórica con su causa y "sin aviso ni protesto" se le hacen regalos y promesas que de no ser tan insólitas podrían calificarse como chistes.
Según la prensa Venezuela ofreció a Palestina la creación de una tal Petropalestina cuya organización, modelo de negocio o ventajas para nuestra patria no se han explicado. Vistas las ejecutorias de Petrocaribe y otros esquemas de regalo de petróleo que Venezuela inventó y financia para obtener -con éxito hasta ahora- solidaridades clientelares, nos sentimos autorizados para presumir que Petropalestina debe ser algo similar.
La sospecha que antecede se fundamenta en el comunicado que informa que Venezuela entregará a Palestina X toneladas de combustible las cuales seguramente tendrán un régimen de "pago" privilegiado por decir lo menos.
Se pregunta uno por qué Palestina requeriría combustibles provenientes del muy lejano Caribe cuando a pocos kilómetros de su territorio se ubican las cuencas mas grandes del mundo donde se produce la mayor proporción de petróleo y donde existe también una simpatía por su causa. Se pregunta uno por qué vía y a qué costo llegaría el producto a su destino cuando Israel ejerce un férreo bloqueo sobre la zona y no es Israel el país con quien el gobierno de Venezuela mejor se lleva. ¿O será que todo es un cuento de camino como los de Chávez?
En todo caso, ahora que -con razón- piensan en aumentarnos la gasolina, ¿no sería mejor que antes se dejara de regalar a otros y se cobrara lo que se nos debe?
apsalgueiro@cantv.net
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