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jueves, 25 de septiembre de 2014

La brevedad de Chúo Torrealba. Por Ruben Rodrìguez De Mayo


RUBEN RODRÍGUEZ DE MAYO | EL UNIVERSAL

Con mucha satisfacción hemos recibido la noticia de la candidatura de Jesús "Chúo" Torrealba a la Secretaría Ejecutiva de la MUD.

A Chúo Torrealba lo conocemos por su programa Del Dicho al Hecho, que transmitía Globovisión a las 5.30 de la madrugada y que ahora, con mucha fortuna y extendida audiencia, transmite la emisora Radio Caracas Radio a la misma hora. Lo primero que me llamó la atención al escuchar a Chúo Torrealba fue la facilidad de expresión, su elocuencia. Elocuencia que no es verborrea torrencial, sino palabra precisa y a la medida de los temas que desnuda. Y digo desnuda porque si hay algo que Chúo hace con el verbo es desnudar, desvelar la cara oculta de las cosas desde la perspectiva del sentido común y el deber ser republicano.

Razón tenía Bertrand Russell al decir que la "economía es la firma de la inteligencia". Sin esa economía, sin esa rica y compleja brevedad no existirían escritores de la talla de Augusto Monterroso o Borges, quienes aborrecían del profuso y, a menudo, farragoso verbo de la novela y el discurso político. En Chúo Torrealba la brevedad no es precariedad sino refinada inteligencia tamizada por la instrucción, que sirve para desembarazar el camino de cosas innecesarias que entorpecen y oscurecen la comprensión. Al escucharlo hablar del intrincado, engorroso y espeso acontecer nacional, en el raudo vuelo que hace, desde su programa, por los titulares de la prensa, la mente se despeja y la mirada se pasea con agudeza crítica por las noticias, con ánimo de desenmarañarlas y extraerlas del enredo malintencionado que nos engaña y manipula. Chúo es el café que despierta las mentes por las mañanas; es la voz que invita a la reflexión cívica y republicana sin el inflado discurso político populista y patriotero; muchos son, opositores y chavistas, los que extrañan su programa televisivo por las mañanas, Del Dicho al Hecho, sacado del aire por presiones gubernamentales, pero lo siguen con verdadero entusiasmo por la radio, en espera de que su palabra desbroce el camino y podamos transitarlo mejor, con mayor lucidez.

Y Chúo hace todo esto desde la brevedad, desde el buen decir que fustiga la mentira del poderoso hasta vencerla. Y en ello no hay pedantería ni artificio intelectual, porque Chúo no habla rebuscado y pretenciosamente, él sabe el lenguaje sabroso de la calle, ése que tanto maltratan algunos periódicos que rebajan el lenguaje popular a la chabacanería y la ordinariez. Mucha es, también, la labor social de este hombre, desde la asociación civil Radar de los Barrios, desde el trabajo comunitario sin estridencias, en el laborioso quehacer vecinal, que no necesita de la fanfarria sino del trabajo comprometido con la transformación y la superación de la pobreza desde las propias fuerzas colectivas.

Le hacía falta al país renovar su liderazgo. Liderazgo sin Mesías; liderazgo colectivo, fraguado en las comunidades; liderazgo sin el abuso de la palabra hecha poder, que de tanto discursear se le olvido escuchar. Liderazgo desde el buen decir contundente de la compleja sencillez de la verdad, que también es brevedad, como la vida misma. Y ya sabemos, al decir de Baltasar Gracián: "lo bueno, si breve, dos veces bueno, y aún lo malo, si breve, no tan malo". No hay cómo perder.

rub_dario2002@yahoo.es

@rubdariote


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