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jueves, 23 de octubre de 2014

Estamos avisados. Por Alfredo Yánez


La hegemonía hace aguas, la pluralidad debe dar un paso hacia adelante

ALFREDO YÁNEZ M. | EL UNIVERSAL

Una vez más, como en los últimos quince años, los venezolanos asistiremos -lo queramos o no- a una definición electoral. Asumir el reto implica decisiones individuales y colectivas que van mucho más allá de la selección de tal o cual candidato y, por sobre todo, más allá de una valoración simplista de lo que se pone en riesgo.

El país político entra, ahora sí, en una dinámica de lecciones aprendidas.

El gran elector de los últimos quince años ya no está, y el capital político ha sido derrochado de manera escandalosa. Vivimos, y todos en el país lo saben, el preludio de una transformación política que se evidencia en las calles, y que debe conseguir en las boletas de votación su mayor prueba.

Que eso sea posible es tarea, en principio, de una dirigencia que entienda su papel en este momento; que valore y no menosprecie al electorado y en grado superlativo que se reconozca y no sobreprecie su impacto a la hora de postularse o retirarse de la contienda política.

La hegemonía, a toda ley, en una de las propuestas está en entredicho. La disciplina a ciegas no vive sus mejores horas y aun cuando al final se proclame la unicidad de criterios, por la cúpula de poder, está más que claro que las corrientes harán su trabajo natural. No es predicción, solo es un repaso a la historia.

Por la otra parte, la lección terca se ha empeñado en demostrar que los extremos irreconciliables siempre consiguen una posibilidad de encuentro y que si se toma en cuenta a la sociedad, sin miramientos desafiantes ni posturas salvavidas, es viable impulsar una transformación.

Contrario a lo que muchos creen ver, el vaso está medio lleno; aun cuando los caprichos de algunos insistan en que la verdad es una sola y la Unidad es perfectamente válida, si y solo si, ésta se defina desde una única perspectiva.

El país ha dado -y sigue dando- señales. Advertirlas y actuar en consecuencia es tarea de estadistas. Aún así no parece tan difícil como algunos intereses subalternos pretenden hacerlo ver.

Está claro que la elección no es el único tema; pero también está claro, que tras los cambios necesarios -CNE, por ejemplo- ese proceso viene, y hay que estar muy bien preparado para enfrentarlo.

@incisos


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