HERBERT HUDDE | EL UNIVERSAL
Como los avispados chavistas se dieron cuenta de que con el guyanazo y el colombianazo no ganaban las parlamentarias, acaban de dar el golpe maestro: nos aumentaron el salario mínimo en un 30 %, y más que duplicaron el cestaticket. ¡Eurekaaaa, somos ricos!
Veamos el impacto de tal medida en dos frentes: el electoral y el económico.
En lo electoral, objetivo claro de la medida, evidentemente habrá un efecto, que será mayor mientras mayor sea la parte de nuestro pueblo que aun no se ha dado cuenta de la demostrada incapacidad de esta gente para gobernar, y de que si seguimos votando por ellos lo que estamos haciendo es cavar nuestra propia tumba. Espero que la gran mayoría de la población ya se haya percatado de eso.
En lo económico habrá 3 impactos, ninguno de los cuales será duraderamente positivo.
1) El aumento atizará la inflación, que se recrudecerá y se lo tragará vorazmente.
2) Habrá una redistribución temporal de los ingresos a favor de los asalariados (este es el caramelo electoral), que se esfumará en un 2 por 3.
3) Una parte de las empresas acusará el golpe o no podrá soportar el aumento. El impacto será mayor en la medida de lo menguada que esté la rentabilidad actual de cada empresa, y con lo golpeada que está la mayoría bajo este gobierno maravilloso, lo que vamos a ver es más cierres de líneas de producción y de empresas completas, así que, simplemente, la cosa se va a poner peor de lo que está.
El problema es que con medidas como esta, y otras como las captahuellas, aumentar los controles de precios, meter presos a tres bachaqueros y dos sinvergüenzas que acaparan, etc., medidas todas ellas "cosméticas", no se va a arreglar nada, por lo que explico de seguidas, ayudado por unos números ficticios para simplicidad.
Primero, establezcamos la premisa de que los precios actuales del petróleo pueden ser considerados como normales o razonables, pues las ganancias de cuando andaban por los 100 $ eran tan exorbitantes que, como nos enseña la microeconomía, tarde o temprano tenían que bajar, como en efecto sucedió.
Hace 3-4 años el país producía digamos 10 corotos. De esos 10 consumíamos 7. El resto, es decir 3, que era la producción petrolera, se exportaba, y con los dólares que nos entraban por ello, dado el nivel de precios sobrevaluado del petróleo, se importaban 6, con lo que se disponía para el consumo de 13. Pero como además Chávez estaba endeudando al país externamente en digamos 1, que se usaba para importar más aun, se disponía de un total de 14 corotos para consumir.
¿Qué tenemos ahora? Pues que se desmamonaron los precios del petróleo, y nuestra producción (el PIB) ha caído más del 10%, así que la cuenta ahora es esta: Producimos 9 (antes eran 10). De estos, consumimos 6 (antes eran 7). Por los 3 de petróleo que exportamos, ahora nos dan solo 3 (antes eran 6), así que nos quedan 9. Pero como no solo no podemos endeudarnos más, sino que tenemos que pagar, digamos 1, en definitiva el país dispone de solo 8, es decir 6 menos.
De manera que en resumen, de 14 que teníamos antes, ahora solo tenemos 8. Amarga conclusión: la peladera es inexorable, no hay forma de evitarla, a menos que Dios nos envíe un milagrito, o que le demos lástima a alguien y nos tire una boloña de dólares prestados. Ese alguien pudiera ser el FMI, y ello nos aliviaría bastante, pero como el gobierno no ha hecho sino insultarlo, para no morderse la lengua no se lo pedirá.
¿Cómo se evidenciará y a quiénes afectará esa peladera? Pues ya se está evidenciado, y feo, en una grave escasez y una loca inflación. La afectación se distribuirá dependiendo de muchos factores, en especial del manejo que haga el gobierno de la situación.
Así que tenemos solo 8 corotos. Como del cielo no va a caer ni uno más, con el aumento de los salarios pues vamos a seguir con los mismos 8. El único cambio es que estos se distribuirán por un tiempito favoreciendo algo más a los asalariados, pero ese fresquito se acabará en un santiamén.
De forma que el aumento, aparte del respirito inicial, lo que traerá será mayor escasez, y por supuesto, más inflación. Para esto es que servirá el aumento de nuestros salarios: para fregarnos aun más. ¡Y los chavistas bailando en un pie!
Creo que queda claro que tras la inflación y la escasez que estamos padeciendo, lo que está es el hecho, irreparable a corto plazo (y algo más) salvo milagros y limosnas, de que de los 14 que disponíamos para consumir, ahora solo nos quedan 8, que para colmo de males bajarán, y eso no se arregla con aumenticos de salarios ni otras engañifas que ya conocemos.
Y todo esto nos cae después del gigantesco y prolongado chorro de petrodólares que nos entró. ¡De Ripley!
¿Seguirán culpando de esto al imperio, que bajó los precios del petróleo para fregarnos? ¿O a la guerra económica pelucona?
Total que ¡Chávez vive, el desastre sigue! Y lo peor es que no solo sigue, sino que cada vez es peor.
herbert_hudde@yahoo.es
