TOMÁS SOCÍAS | EL UNIVERSAL
Escribimos estas líneas pocas horas después que el ministro Rodolfo Marco Torres anunció de qué trata el nuevo esquema cambiario, con lo cual ratificó lo que ya había adelantado el presidente Nicolás Maduro, acerca de que se mantendrá el dólar preferencial a 6.30 bolívares para alimentos, medicinas, productos, insumos y materias primas para rubros de primera necesidad.
Asimismo, el ministro informó que el sistema de asignación conocido como Sicad I y Sicad II se unifica y sí queda solamente uno de estos, cuyo tipo de cambio es de 12 bolívares por dólar. Este tipo cambiario se mantiene para el cupo electrónico de 300 dólares y también para el de viajero, el cual seguirá siendo de un máximo anual de 3.000 dólares.
Y finalmente, anunció lo que tiene que ver con el sistema de acceso a las divisas que ahora se llama Simadi y que será regido por las bolsas de valores, de modo que el llamado dólar paralelo baje de precio y, presionado, por la oferta y la demanda, incida en los precios de tantos productos que actualmente están por las nubes y finalmente, presionen la inflación a la baja.
Tenemos que expresar nuestra satisfacción por los anuncios, pues así se termina con la incertidumbre que, en materia económica y para un país en crisis, no es conveniente.
Nuestros lectores se preguntarán: ¿qué tiene que ver la descripción de esos tres tipos de cambio con el título del artículo? Tiene relación, porque sabemos que desde el Ejecutivo se trabaja en el escenario de la unificación cambiaria, pero no para ahora, sino para el futuro cercano.
Desde hace años, nuestra prédica ha sido para que se desmonte el control de cambio, así como el control de precios, puesto que ambos han sido los causantes de las distorsiones que tiene nuestra economía. Sin embargo, también hemos aclarado que estamos conscientes de que a más de 10 años de controles, los mismos no se pueden desmontar de la noche a la mañana.
Ahora, lo que queda es trabajar sobre lo que tenemos y en eso anda el equipo económico del presidente Maduro, quien en medio de una crisis, está logrando sortear la avalancha que ha significado el desabastecimiento, la inflación, el poco acceso a las divisas y, principalmente, la merma de los ingresos por concepto de la renta petrolera.
Trabajar en pro de la unificación cambiaria y lograrlo seria un triunfo para el Ejecutivo y significaría la oxigenación para la economía afectada, repetimos, por ese cóctel perjudicial que es la inflación, la escasez y el acceso restringido a las divisas.
Por ahora, como es nuestra práctica, tenemos que dar el beneficio de la duda a los anuncios y a la capacidad de maniobra que tiene el presidente Maduro y sus asesores, simplemente porque a ningún gobierno le conviene mantener a su gente en constante crispación.
Obviamente, debemos esperar unas semanas para que se concreten los anuncios y se vean los resultados, esperando que todo el manejo del tema cambiario influya en la baja del dólar paralelo y haga que se detenga el constante aumento en los precios de los productos.
El Ejecutivo ha prometido que sí habrá divisas y que las deudas pendientes se van a honrar paulatinamente, de modo que en las próximas semanas se comiencen a ver los resultados.
Recordemos que en un año electoral como éste, es normal que el Ejecutivo ponga dinero en la calle. Lo que pedimos es que junto con medidas populares también se hagan los correctivos necesarios en materias como ajuste de precios y estímulos para el sector privado. Esto debe ocurrir por el bien del país.
Analista económico y político
Tsocias@cantv.net
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