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martes, 16 de junio de 2015

Pdvsa es otra. Por José Toro Hardy


Antes disponía de infinidad de terminales y una red de oleoductos en Estados Unidos

Por José Toro Hardy / El Universal

La Pdvsa meritocrática llegó a producir 3,7 millones de barriles de crudo por día en 1997, con una capacidad de refinación alcanzaba los tres millones de barriles/día en el mundo, con producción petroquímica de 4,1 millones de toneladas año, una producción de carbón de 5,1 millones de toneladas al año, que producía 4,7 millones de toneladas de Orimulsión y adelantaba el proyecto Cristóbal Colón para el aprovechamiento de las enormes reservas de gas no asociado al Norte de la península de Paria.

Aquella empresa estaba asociada en Jose con 4 grandes centros de mejoramiento de crudo para la conversión de los petróleos extrapesados de la Faja en crudos sintéticos de alto valor.

Era una corporación energética global que contaba en Venezuela con 5 grandes refinerías: Amuay, Cardón, Bajo Grande, El Palito, Puerto La Cruz y San Roque; y a nivel internacional contaba con 7 grandes refinerías en EEUU: Lake Charles, Paulsboro, Chalmette, Corpus Cristi, Saint Croix, Lyondelle, Savanah, Sweney, Lemont; contaba con la propiedad compartida de 4 refinerías en Alemania en asociación con Ruhr Oel; tres refinerías en Suecia, Bélgica y el Reino Unido en asociación con Nynas; una refinería en Curazao, además de un centro de almacenamiento Bopec- Borco en el Caribe y una flota de supertanqueros.

De Sur a Norte

Aquella empresa disponía de infinidad de terminales y una red de oleoductos en EEUU que atravesaban ese país de Sur a Norte y a lo largo del Golfo de México. Contaba con cerca de 15.000 estaciones de servicio abanderadas con la marca Citgo, filial que pertenecía 100% a Pdvsa y que llegó a controlar el 10% del mercado interno de combustible en EEUU.

Podíamos llevar el petróleo desde nuestros propios yacimientos hasta los tanques de gasolina de los automovilistas americanos pasando todo el tiempo por instalaciones venezolanas.

Era además Pdvsa no sólo la segunda mayor empresa petrolera del mundo, sino que además éramos la que tenía menor nivel de endeudamiento y mejores índices de estabilidad, solvencia, rentabilidad, utilidad neta, solidez, etc.

Pero esa tacita de plata fue sacrificada en el altar de la revolución. Hoy es la Pdvsa "de todos" y de ella se benefician todos los cubanos, los nicaragüenses, los haitianos, los bolivianos, los ecuatorianos, los salvadoreños, los dominicanos, los jamaiquinos, guyaneses, los uruguayos, etc. Los niveles de eficiencia de la Pdvsa "de todos" se han venido al suelo. La producción petrolera ha caído dramáticamente y el nivel de mantenimiento de las instalaciones da vergüenza.

Pdvsa perdió también su misión y su visión. Antes era una empresa petrolera, ahora no sabemos lo que es. Parece más bien un centro de adoctrinamiento asfixiado en un mar de dogmatismo y politiquería.

Pdvsa es hoy en día responsable de la inflación que padecemos los venezolanos. Con un déficit en su flujo de caja (que algunos estiman en unos 19.000 millones de dólares al año), la única forma de que la empresa sobreviva es con apoyos financieros del BCV, mediante la emisión de dinero inorgánico. Ese dinero se incorpora a través de Pdvsa a la masa monetaria que circula en el país. Es la causa de la inflación que está destruyendo a nuestra economía.

Padecimiento

Ese dinero írrito (por calificarlo de alguna forma) genera demanda de bienes, pero como existe una inmensa escasez, lo que termina logrando es un grave impacto en el nivel de los precios. Es la causa de las inmensas colas que tenemos que hacer los venezolanos cada vez que vamos a un automercado, para salir después frustrados porque no conseguimos los bienes más elementales que requerimos. Ese dinero nos ha llevado a padecer la mayor inflación del planeta. Ese dinero está creando distorsiones de todo tipo que humillan a los ciudadanos. En muchos automercados y redes de farmacias se están instalando captahuellas que es una de las formas de racionamiento más perversas que conoce la humanidad. Se ha llegado al extremo inaudito que para comprar un simple rollo de papel toilette, tengamos que colocar nuestra huella digital en esas máquinas captahuellas, sin que los ciudadanos podamos saber que fin ulterior pretende darle el gobierno a esos archivos de huellas digitales.

Pero peor aún, ante la grave escasez que impera, los bolívares excedentarios se desvían hacia la compra de dólares en el mercado paralelo, contribuyendo así a una espiral indetenible de su valor. Esos dólares, llegan a transformarse en la referencia que tiene que usar el comercio a la hora de estimar el costo de la reposición de sus inventarios. Todo este mecanismo absurdo es causado por la ignorancia y el dogmatismo de quienes hoy en día manejan no solo nuestras políticas públicas, sino además el BCV y Pdvsa.

petoha@gmail.com

@josetorohardy


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