Deivis Ramírez Miranda / El Estímulo
@deivisramirez

Está tras la rejas —pese al eufemismo “privado de libertad—, es chavista porque así se reconoce y está involucrado en un crimen de sangre: el asesinato de Robert Serra. Se llama Leiver y, aunque Nicolás Maduro ya lo sentenció, es convicto pero no confeso Mapa del hecho

1 de octubre de 2014: asesinato del diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Robert José Serra Aguirre, y de su asistente María Hogdalis Herrera Sequera.

5 de octubre de 2014: el presidente Nicolás Maduro anuncia que ya tienen identificados a los presuntos asesinos. Habla de una banda organizada, paramilitares. Califica el caso como “sicariato”. El principal sospechoso: Leiver Padilla, alias “El Colombia”.

14 de octubre de 2014: el señalado por el gobierno venezolano, Leiver Padilla Mendoza, llega a Cartagena, huyendo de las autoridades venezolanas por temor a ser asesinado. Se reúne con su familia.

21 de octubre de 2014: tras señalamientos del gobierno venezolano, el ex presidente de Colombia, Álvaro Uribe, denunció que “manipulan a testigos para vincularlo con el caso Serra”. El ex mandatario dijo que el presiente venezolano estaba empeñado en acusarlo de ser autor intelectual del doble crimen, así como de haber cancelado 500 mil dólares a los homicidas.

30 de octubre de 2014: la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, anunció la detención de diez personas por el doble homicidio, y otras cuatro identificadas con órdenes de captura. Entre los detenidos estaban: el escolta del diputado asesinado, Edwin Torres; Carlos Enrique García; Daniel Salinas; Jaime Padilla; Raidel Espinoza; Erick Romero; Wuadyd Pacheco; Nadis Orozco; Yusmelis Meregote y la esposa de “El Colombia”, Neira Palomino. Les imputaron los delitos de homicidio agravado contra el diputado, y homicidio calificado contra su asistente, además de robo agravado y asociación para delinquir.

2 de noviembre de 2014: “El Colombia” es detenido por autoridades neogranadinas en el barrio Policarpa Salavarrieta de Cartagena, cuando estaba con un hermano y un primo.

30 de mayo de 2015: “El Colombia” es extraditado a Venezuela. Fue trasladado a la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), en Caracas.

2 de junio de 2015: El tribunal 9 de Control del Área Metropolitana de Caracas ordenó privativa de libertad para “El Colombia”, tras la audiencia de presentación.

2 de junio de 2015: el presidente Nicolás Maduro señaló al ex concejal de Cúcuta, Julio César Vélez, como el autor intelectual del doble homicidio y de haber financiado el hecho. Dijo que “condujo, asesoró, pagó y garantizó todos los pasos para el asesinato de Robert Serra”. Aseguró que se trató de un crimen de Estado.

3 de junio de 2015: autoridades venezolanas capturaron al ex concejal colombiano, Julio César Vélez, en el estado Yaracuy. Informaron que el procedimiento se realizó en una alcabala durante la madrugada.

4 de junio de 2015: el presidente Nicolás Maduro aseguró que un diputado de la oposición venezolana, miembro de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) estaría implicado en el doble homicidio. No lo identificó, pero dijo que “las investigaciones siguen su curso”.

La carta. “El asesino de Serra pulula en el Gobierno Bolivariano”, jura “El Colombia”. Leiver Padilla Mendoza, está convencido de que la verdadera mente criminal, la que ordenó el asesinato del diputado Robert Serra, se mueve dentro del propio Gobierno. Sin tener las pruebas, suelta esa perla, pero su convicción de chavista —la misma que lo hizo ser fiel al Comandante Supremo y buscarle votos en todas las contiendas electorales en las que participó— lo lleva a defender su verdad. Esa que jamás le avalarán, aunque vuelva a nacer. Con puño y letra, entre los barrotes de la cárcel de Cómbita en Bogotá, el 23 de mayo de 2015, vomitó todo lo que sentía, aquello que lo perturbaba y lo que realmente cree del homicidio del diputado Serra y de su asistente. Sin mayor miedo que el de perder la vida escribió en un cuaderno —que se convirtió en su mejor amigo—su testimonio. Pidió ser escuchado, y a su madre le encomendó que difundiera la carta y que le entregara una copia al mismísimo presidente Juan Manuel Santos.