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viernes, 6 de noviembre de 2015

Educando a Maduro. Por José Vicente Carrasquero


José Vicente Carrasquero / Noticiero Digital

Uno se va cansando de tener un presidente que es motivo de burla universal. La gente no sabe si tomarlo en serio o si por el contrario dejar pasar sus declaraciones. El discurso errático y a veces sin sentido hace pensar que el chavismo cree que la popularidad crece con la sola presencia en televisión. Para hablar hace falta tener una buena base de datos de cosas que decir y además, haberse entrenado bien en esto de hacer uso de la palabra, sobre todo frente a los medios de comunicación.

Como muestran las encuestas, el rechazo a Maduro es bastante grande. Cuatro de cada cinco venezolanos lo culpan de lo que está pasando en Venezuela. Peor que eso, la inmensa mayoría de los venezolanos no espera del primer mandatario las soluciones que el país necesita. La imagen de Nicolás se ha desgastado porque la gente se cansó de oírlo vociferar, amenazar, prometer y no cumplir.

En ese sentido hace falta mencionarle a Maduro algunos puntos que hacen indetenible su caída. Comencemos por lo que considero esencial. La sola mención de Chávez no es suficiente para recuperar la confianza en tu gestión. A nadie le gusta que lo pongan a pasar trabajo. Lamentablemente, tu gobierno ha llevado la calidad de vida del venezolano a una situación muchísimo peor que la que encontró esta clase política en 1999. Hace falta tomar medidas arriesgadas que reconduzcan el rumbo de una economía que empeora día tras día haciéndonos perder competitividad internacional y presencia en el concierto de las naciones.

Es menester informarte que la Constitución le atribuye al cargo que desempeñas la obligación de cumplir y hacer cumplir la legislación venezolana. Cuando en un arranque de fingida bravuconería se te ocurre la brillante de idea de decir que si pierdes la Asamblea, como efectivamente pasará, vas a formar un gobierno cívico militar y no sé que otro cuento, estás faltando a esa Constitución que tu predecesor impulsó en 1999. En un país serio, y no en el circo en el que tú lo has convertido, el resto de las instituciones habrían accionado en tu contra o al menos te hubiesen llamado la atención. Vale la pena decir que por mucho menos de eso, tú y tus esbirros han ordenado apresar a cientos de venezolanos.

En un ataque de bipolaridad discursiva, amenazas a Lorenzo Mendoza con la cárcel al tiempo que pides a los empresarios aumentar las exportaciones. Debo informarte que tu gobierno carece de forma absoluta de la capacidad de generar la confianza necesaria para que los empresarios inviertan. También es necesario instalar un gabinete económico ya que tu administración carece de uno. Tienes a unos individuos que sumados no hacen un estudiante a punto de aprobar el primer semestre de economía. Aunque no lo creas, del lado de la izquierda que dices representar, hay economistas que saben lo que hay que hacer para cambiar la ruta al despeñadero en el que metiste a Venezuela.

Maduro, la confianza no se exige. Uno genera en la gente sentimientos que los llevan a sentir que somos o no personas en las que se puede creer. Te ha dado por bloquear, aunque no te corresponde, la observación electoral que todo el mundo exige. Si como dice tu delegada para asuntos comiciales, tenemos el mejor sistema electoral del mundo, se te presenta una oportunidad de oro para demostrarle al planeta tu compromiso con la democracia. Al menos para que algunos crean.

Cuando en tus discursos dices que si la revolución pierde vendrán tiempos de masacre cometes varios errores. El que menos te importa es que vuelves a violar la Constitución que juraste defender. Segundo, estás cometiendo un delito peor que el que le indilgan tus huestes judiciales a los presos políticos. Eso te deja ante el público como un tipo lleno de contradicciones y por lo tanto poco creíble. Finalmente, te enfrentas el efecto boomerang, es decir, la gente te va perdiendo miedo porque te percibe como un hablador de sin sentidos que nunca cumple lo que promete.

Maduro, para la mala suerte de muchos, tú ocupas un cargo que debe ser ejercido en pro de todos los venezolanos. No es pueblo el que está contigo y enemigo el resto. Esas enseñanzas de Fidel no funcionan en estos momentos en los que no tienes dinero para respaldar tu populismo barato. Las encuestas te lo demuestran. El rechazo a tu gestión es sideral. Incluso, muchos de los pocos que te apoyan piensan que tu gestión es un desastre.

Eso de ganar las elecciones como sea te quedó pésimo. Andar sembrando pánico entre la gente se llama terrorismo. Cuando se hace como una práctica que viene del alto poder con la anuencia del resto de las instituciones se llama terrorismo de Estado. La verdad es que pareciera que estás haciendo todos los méritos para ser juzgado ante tribunales internacionales por crímenes contra la humanidad.

Finalmente y para no agotarte, no hay manera de que tu partido gane las elecciones si la gente percibe que tú no tienes lo que se necesita para resolver los problemas que los afectan. Lo que te queda es tomar medidas necesarias. Por supuesto, las previstas en la Constitución. Tienes que ver cómo haces para gastar menos, para mejorar la capacidad adquisitiva del venezolano, resolver de una vez por todas el problema del abastecimiento, detener la devaluación continua de la moneda, enfrentar a la delincuencia y el narcotráfico y rodearte de gente que sepa de electricidad, de economía, de seguridad, de relaciones internacionales, etc. Tienes que borrar de la mente de los venezolanos que en realidad no te interesa desempeñarte en el cargo como un presidente sino como jefe de una facción.

De otra forma Maduro, lo único que te queda es renunciar o esperar que el pueblo te revoque. En todo caso, tu suerte está en tus manos.

@botellazo


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