El principal escollo que deberán superar los ciudadanos que quieren avalar la realización de un Referendo Revocatorio presidencial mediante la recolección de las manifestaciones de voluntad previstas para el 26, 27 y 28 de octubre será la ubicación de los centros de votación.
Roberto Picón, integrante del grupo de técnicos electorales de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) indica que la distribución nacional de los centros y captahuellas sugiere que existirá un promedio municipal de 3.600 electores por cada máquina durante los tres días de recolección. Este promedio se obtiene tras dividir la cantidad de electores potenciales que pueden firmar (19.465.638 personas) entre el número efectivo de captahuellas que serán desplegadas en el país: 5.392.
No obstante, al revisar en detalle la ubicación de estos centros, Picón advierte que la infraestructura electoral propuesta por el CNE “es insuficiente para satisfacer la demanda de participar políticamente, además de existir un sesgo contrario a las parroquias que votan en forma favorable a la oposición, disponiéndose menos máquinas de votación donde hay resultados favorable a la Unidad”.
¿Existe algún sesgo evidente en la ubicación
de los centros que dificulte recoger las firmas?
Sí. El análisis preliminar de la ubicación geográfica de los 1.355 centros de votación que serán habilitados por el CNE demuestra que la mayoría están ubicados en zonas de difícil acceso. Y aquellos que se encuentran en centros urbanos poseen un número dramáticamente alto de electores asignados a cada dispositivo de identificación biométrica (captahuellas).
Picón sostiene que en las parroquias urbanas los centros seleccionados son en general “aquellos con el resultado menos favorable a la Unidad. Abundan los centros en zonas periféricas, marginales y en zonas de alta criminalidad”.
¿Cómo es la distribución de los centros?
El análisis de Picón se centra en la propuesta original presentada por la Junta Nacional Electoral el pasado 13 de septiembre, pero no incluye los cambios realizados en la sesión del 21 de septiembre, cuando fue modificada la ubicación original de 300 centros de votación. La oposición había exigido que se modificara la ubicación de 900 centros de votación.
Picón considera que los cambios efectuados podrían mejorar levemente el panorama técnico previsto para la movilización de votantes. No obstante, sobre la ubicación original de los 1.355 centros habilitados obtiene las siguientes conclusiones:
“En los centros donde gana el PSUV, la infraestructura dispuesta para el 20% está por encima del promedio de una máquina por cada 3.600 electores. De hecho, entre los 1.355 centros habilitados, 729 centros que agrupan a 2.909 máquinas captahuellas son centros en donde ganó el chavismo el 6 de diciembre. En estos centros podrán firmar 6.930.902 electores a un promedio de 2.382 electores por máquina. En el caso de los centros donde ganó la oposición el pasado 6 de diciembre, la infraestructura electoral dispuesta para el 20% está por debajo del promedio de una máquina por cada 3.600 electores. En este caso, el CNE está habilitando 625 centros que albergarán 2.483 máquinas. En estos centros deberán acudir a firmar 12.542.016 electores, a un promedio de 5.051 electores por máquina”
¿CNE colocó menos centros y máquinas
en las zonas tradicionalmente opositoras?
Sí. El análisis de Picón indica que la infraestructura propuesta para el 20%, aunque promedia 3.600 electores por mesa, cuenta con una dispersión mucho mayor en las zonas urbanas. “Hay un sesgo evidente, observándose que mientras más adversa es la parroquia al PSUV hay menos densidad de máquinas”.
La diferencia con un proceso electoral es evidente: “La infraestructura para una elección nacional es homogénea, promediando 480 electores por mesa. Mesas más pequeñas generalmente corresponden a zonas rurales o periféricas urbanas donde el PSUV todavía contaba con una mayoría el pasado 6 de diciembre”.
¿Cómo afecta la distribución sesgada de los centros
para cumplir con la cuota regional del 20%?
Nacionalmente, se puede concluir (a falta de conocer la ubicación definitiva de los ya referidos 300 centros) que 6.930.902 personas deberán acudir a firmar en centros que favorecen al PSUV. Estos electores tienen 2.909 mesas para ejercer su derecho, mientras que hay 12.542.016 electores en centros que favorecen a la Unidad que tienen 2.483 mesas para ejercer su derecho.
Un ejemplo puede ilustrarlo mejor: el CNE decidió habilitar 450 centros donde la oposición obtuvo menos del 10% de los votos el pasado 6 de diciembre y apenas 125 centros donde la oposición obtuvo más del 90% de los votos en los comicios parlamentarios.
El detalle del análisis de Picón se puede observar en la tabla anexa:
¿Existen zonas urbanas sin centros de recolección?
La mayoría de los centros de votación habilitados están en la periferia de las grandes ciudades o en zonas de muy difícil acceso.
En el análisis de Picón destacan varios ejemplos que ilustran la decisión tomada por el Consejo Nacional Electoral. Como la distribución preliminar de los centros en el estado Carabobo, concretamente en el municipio Valencia, que también incluye todos los centros los votación utilizados el 6 de diciembre.
Para comprender la lectura, es necesario saber que el color de los círculos representa la fuerza política dominante en cada centro de votación, mientras el tamaño del círculo ilustra la cantidad de electores en cada centro. De la misma manera, los centros de votación marcados con un rombo constituyen los centros de votación habilitados por el CNE para el proceso del 20%, mientras que el tamaño del rombo ilustra la cantidad de captahuellas que tendrá cada centro (un número que puede oscilar entre un mínimo de dos equipos biométricos de identificación hasta cinco equipos de identificación).
Como ya se explicó, existe un sesgo que implica habilitar en mayor proporción los centros de votación en donde la oposición perdió el 6 de diciembre y que se encuentran en zonas de difícil acceso.
Otro ejemplo que ilustra a la perfección el sesgo electoral de la decisión del CNE es el municipio Girardot, en el estado Aragua. En este caso, aunque se podría suponer que existe un balance en la tendencia de los centros de votación habilitados, al revisar el promedio de electores por mesa se puede observar que en un centro deberán intentar validar su voluntad 40.481 personas que tendrán sólo 5 captahuellas operativas, mientras en otro centro las mismas 5 captahuellas operativas sólo deben atender a 2.002 personas.
Uno de los casos mas complejos que se encuentran en el análisis de Picón es la ubicación de los centros en el estado Portuguesa, donde los electores en las zonas urbanas prácticamente no tendrán de centros de votación para ir a firmar por el revocatorio. Como puede observarse, el CNE no habilitó ninguno de los centros en los que la oposición logró ganar el 6 de diciembre, mientras habilitó centros de votación en donde la Unidad capitalizó, como máximo, 40% de los votos válidos.
Twittear |