Dámaso Jiménez / El Nacional
Qué Alfred Hitchcock, Luis Buñuel o Stephen King. El gran maestro de la crueldad y del más aberrante sadismo de principios del siglo XXI proviene del chavismo burgués y decadente que irrumpió tras la muerte del galáctico líder de la revolución, Hugo Chávez Frías.
Es una élite autócrata que no escatima en lujos, manipulaciones, mentiras, abusos y cinismo para tomar los atajos propios de los dictadores que buscan atornillarse al poder, aun sin gobernar, con ruidoso desparpajo en relación con las normas constitucionales.
Su marqués de Sade es una mujer capaz de retrasar, detener y consumir el tiempo disponible para respirar una salida pacífica y electoral. Paradójicamente, millones de venezolanos viven desesperados. Son los tiempos violentos del hambre, la escasez, la inflación y la maldad, que cuecen el final de una era de engaños y decepciones.
Tibisay Lucena, la rectora “irreversible” y brazo electoral del poderoso y desalmado partido de gobierno, mantiene en vilo y sin remordimiento alguno a todo un país ávido de una respuesta que encienda una luz de cambio al final de todo este suspenso apocalíptico.
No es para menos. El hambre acelera mientras el CNE se estanca. Vivimos en un país petrolero arruinado con su principal industria en bancarrota, donde la productividad fue completamente anulada, la inflación se hizo incontrolable, nadie gana lo suficiente para sobrevivir, los despidos por reducción de personal se vuelven una constante, los gobernantes fronterizos como Arias Cárdenas y Vielma Mora lideran un malévolo plan de lavado y legitimación de divisas a través de la importación de alimentos que ningún bolsillo podría sostener o pagar una vez que esos productos, a precios dolarizados, llegan a los anaqueles. Puro maquillaje, pura crueldad, la tortura como forma de pornografía nacional.
Es el verdadero golpe de Estado a la dignidad ciudadana. La bolsa populista de los Claps no llega a los sectores de escasos recursos. La clase media fue marginalizada, empobrecida, perseguida, estropeada. Los médicos, profesores universitarios, profesionales del ámbito público confiesan estar pasando hambre.
La clase en boga, los consejos comunales, son designados para hacer el censo de las bolsas de comida, pasar casi a medianoche a cobrarlas y luego repartirlas sin contraloría. 70 % de las bolsas no son entregadas, es un verdadero negocio basado en el chantaje. Eso no importa a los autócratas y sus fieles vasallos ocupados aún en “la dolce vita”.
La mayor denuncia es la cantidad de productos de esta dieta populista carente de proteínas y lácteos e inventada por el castrismo gobernante, que termina en manos del “bachaqueo” como se le denomina al mercado negro en Venezuela. Una dosis macabra para que el pueblo pierda todo su tiempo en sobrevivir mientras perdemos la oportunidad del tiempo de cambio
Lucena tapa todas las salidas electorales posibles como un sargento del Tercer Reich conduciendo a toda una nación de ciudadanos hacia la cámara de gas. Confían en la activación del brazo armado de la FANB y los colectivos paramilitares en caso de una eventual efervescencia de rabia, ira, enojo impotencia y desespero. No hay ninguna excusa ni justificación pero nadie puede exigir un pronunciamiento a las rectoras del CNE porque eso sería obrar en contra de la mujer como género.
No hay reglas, normas ni opciones. El país está tomado fuertemente por la traquea y mientras aprietan duro, repiten: “No habrá revocatorio. El revocatorio no será ni en 2016 ni en 2017. Es más, el chavismo durará miles de años. Ni revocatorio ni elecciones, nadie sacará a Maduro del poder. La FANB es chavista. El que piense distinto es golpista y va preso. Prohibido protestar, no tomes la calle y ponte a hacer cola, puede ser peor”.
Lo escuchas mientras Cabello alza su ridículo mazo en un programa de sádico entretenimiento, o en uno de los intensos “delirios tremens” de Jorge Rodríguez, o en una de las pataletas televisadas de Delcy Eloína, o desde la mirada sibilina de la tía del sur cuando sale en pantalla.
Según tuit del versado periodista en materia electoral Eugenio Martínez, @puzkas, la publicación tardía de fechas y condiciones para la recolección del 20% sería una “estrategia” que busca minimizar el número de venezolanos que participaría en la consulta. El gobernador de Miranda, Henrique Capriles, señala en su artículo que el CNE junto con el gobierno saca cuentas para permitir un número de máquinas que solo permitan poner la huella a 4 millones de venezolanos, el mínimo permitido y disminuir así la participación de venezolanos. A lo cubano, Cabello induce la cizaña y suelta la falsa infidencia de que la MUD no quiere revocatorio, como si fuera una decisión de los partidos políticos; José Vicente Rangel lo confirma en su show-business como si fuera un sorprendido vocero “opositor” que se da golpes de pecho y pide agua para pasar el trago amargo.
Saben por sus propias encuestadoras que al menos 15 millones de venezolanos están dispuestos a revocarlos, es por eso que no están dispuestos a dejarnos libres. Somos rehenes del CNE y el tic tac de las negociaciones tiene tres días de retraso. Lucena busca salvar a Maduro a costa de todo un país.
El mundo entero es testigo del canallesco silencio. ¿Será cierto que el referéndum ha ido perdiendo fuerza? ¿Que la gente se hartó de cacerolear y comienza a abandonar la calle? ¿Que el gobierno se salió con la suya y llegará a 2018 sin elecciones, revocatorio ni consulta popular? ¿Que la crueldad le da resultados?
El gran miedo de quienes ostentan el poder y realizan todas estas patrañas es que la crueldad agota y los ciudadanos solo necesitamos una oportunidad para conseguir su salida por la vía pacífica.
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