Opinión: Mario Silva 2da parte: ¡ahí viene el lobo!. Por José Domingo Blanco @mingo

JOSÉ DOMINGO BLANCO (MINGO) | EL UNIVERSAL

Los venezolanos transitamos un tiempo en el que pareciera que, absolutamente todos, estamos esperando que pase algo. No sabemos qué es, ni cómo definirlo. De hecho, puede ser cualquier cosa; pero, llegamos a un punto en el que necesitamos que pase lo que sea. Siento que eso bulle en nuestra mente. Es parecido al nombre de aquél viejo programa de televisión de los años 60's, "Rumbo a lo desconocido", serie norteamericana muy exitosa que transmitía RCTV.

La incertidumbre actual nos produce una zozobra enfermiza: una angustia colectiva que hace mella en cada uno de los ciudadanos. ¿Será que lo que estamos esperando es la parte dos del famoso audio de Mario Silva? ¿Estaremos aguardando la continuación de ese degradante diálogo para ver si la soga termina de reventar? El miércoles entrevisté al politólogo José Vicente Carrasquero quien dijo que, una vez más, la agenda política ahogaba la agenda de las realidades del venezolano. Porque, por citar sólo dos problemas serios -la escasez y la inseguridad- pasan a un segundo plano en un abrir y cerrar de ojos, cuando lo político señala que debemos prepararnos para unas nuevas elecciones cuyos principales contendores, protagonistas de ambos bandos de un país polarizado, desnaturalizan el acto electoral, que es municipal, para plebiscitarlo y convertirlo en un nuevo enfrentamiento entre Maduro y Capriles.

Una buena amiga, conocedora de las cosas que envuelven la psiquis de un país, me comentaba que no fue en absoluto acertada la estrategia, si es que la hubo, de anunciarles a los venezolanos –en una especie de campaña de intriga por redes sociales– la existencia del degradante "audio Silva". Y que además fue un error que el anuncio lo hiciese el excandidato presidencial que representa al bloque opositor y actual gobernador de Miranda, porque toda la sociedad tiene una existencia psicológicamente afectada por los encontronazos emocionales cotidianos: "la labilidad emocional, la paranoia, la desesperanza e incertidumbre" están tan golpeadas que no era necesario que se nos sometiera a semejante suspenso. La gente se preguntaba ¿qué será lo que van a decir? ¿Qué va a pasar? Angustia que se repite, de manera más acentuada, porque tuvieron el tupé de decirnos que el contenido "¿más importante?" de la grabación ¡lo guardaron para más tarde!

Cuando le hice este comentario al diputado Andrés Velásquez me respondió: "como decía aquel viejo político, el elefante hay que comérselo por pedacitos". Yo no me como el cuento que vociferan algunos diputados, alegando que presentarán la segunda parte del audio más adelante porque confían en que las instituciones darán respuesta a los delitos implícitos en la parte I: traición a la patria, peculado, malversación de fondos, porte ilícito de armas de guerra, conspiración, tráfico de influencias, obtención fraudulenta de divisas y homicidios. ¡Imagínense semejante caso que tiene que comenzar a resolver la Fiscalía para que sea entonces cuando se nos presente el segundo capítulo de esta historia!

Los que se dicen voceros de la oposición pareciera, en mi humilde opinión, que no tienen la más mínima estrategia política que impacte emocionalmente a la gente de todos los días. Incluso creo que, por esa compulsión mediática, maximizan y dramatizan sus presentaciones ante las cámaras y micrófonos sin analizar, aportar y desarrollar tácticas creativas que sorprendan al oficialismo. Esto se dio en la revelación de la parte I del audio. Espero que, cuando presenten la parte II, no se repita.

Otra cosa que me sorprende es que mientras los esbirros del actual gobierno manejan a la perfección varias salas situacionales y evalúan, minuto a minuto, el impacto de sus terroríficas acciones, los voceros de la oposición parecen improvisar. Ojalá que cuando revelen la otra parte del tan cacareado audio hojilloso, tenga una verdadera puesta en escena: un evento serio, con discurso político de contenido, con caras que trasluzcan fortaleza y liderazgo nacional, pero sobre todo ¡sin improvisaciones!

A estas alturas no hemos asistido a un análisis serio, políticamente hablando, que trascienda las cortinas del show. No se logró la reflexión ciudadana porque lo importante fue lo escandaloso de la noticia, que sirvió como distracción de otras situaciones muy graves y perversas que vienen conformando un nefasto ropaje de impunidad delincuencial, que hace que nos perdamos como sociedad en lo sustantivo: el robo descarado de las elecciones; y la total entrega de lo que estos revolucionarios cacarean y manosean: nuestra soberanía. Por lo que nos obligan a convivir con una dirigencia fétida, en todos los órdenes de la vida gubernamental del país.

La segunda parte del audio Silva –si es que existe y se presentará algún día– debería servirle a la oposición para forjarse una verdadera senda democrática que permita que el Poder Popular sea el único protagonista de su nuevo destino.

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