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domingo, 28 de julio de 2013

El plebiscito del 8 de diciembre. Por Eugenio Martínez



Eugenio Martínez / Puzkas.com

Oposición y chavismo se han empeñado en convertir a las elecciones locales del 8 de diciembre en un plebiscito para determinar “voto a voto” y “alcaldía a alcaldía” cuál bloque es mayoría en el país.

Estrategia razonable que, sin embrago, oculta un hecho innegable: Denuncias de fraude al margen la diferencia del 14 de abril fue de apenas 220 mil votos (1,5 puntos porcentuales); un resultado que debería ser un mandato al diálogo entre los dos mitades en las que se dividió Venezuela. Mandato que pocos, especialmente los que manejan los hilos del poder, están dispuestos a cumplir.

Volviendo al 8 de diciembre, el principal problema con este inusual plebiscito es que está enmarcado en unos comicios que poco le importan a la población. Veamos un ejemplo concreto: En el año 2010 la Asamblea Nacional (electa en 2005 sin la participación de la oposición) eliminó la elección universal, directa y secreta de las Juntas Parroquiales y sentó las base (con la aprobación de la cinco Leyes del Poder Popular) para que las cámaras municipales y los alcaldes se conviertan (si se aplican estas leyes) en instancias sin competencias reales.

Otro detalle: Las actuales cámaras municipales fueron electas en el año 2005 para un mandato constitucional de cuatro años. Sin embargo desde 2009 se ha prorrogado constantemente su mandato sin que la población prestara mayor atención a este problema.

Llamativa la pasividad de las zonas pro-oposición que hace cinco años eligieron a 56 alcaldes que en los últimos cinco han debido gobernar con cámaras municipales adversas que responden a la dinámica política del país de hace nueve años.

El caso más emblemático es la alcaldía del municipio Sucre del estado Miranda. Desde 2007 el chavismo no logra ganar en este municipio que alberga a uno de los barrios más grandes del continente. No obstante, el alcalde electo en 2008 debe gobernar con una cámara municipal que de 12 integrantes, 11 responden a la línea política del PSUV (porque fueron electos en 2005).

Casos como este abundan. El chavismo hizo punto de honor con la construcción del Sambil de La Candelaria (ahora convertido en un gran refugio). Pues bien, los concejales que aprobaron su construcción, todos los PSUV, siguen en sus cargos porque los ciudadanos parecen no importarle quiénes integran la cámara municipal y los contante diferimientos para elegir a sus sucesores.

Hagamos un ejercicio simple estimado lector. ¿Usted sabe cómo se llaman los concejales de su municipio? ¿Al menos sabe cuántos integran la cámara municipal de la zona en donde reside?. Desafortunadamente pocos podrán responder afirmativamente.

Históricamente las elecciones locales no mueven a los ciudadanos a participar. De ahí que en la última década las clases políticas no se aventuraran a convocar una elección de ámbito local separada de un evento de mayor envergadura. Si no fuera por el interés de convertir el 8 de diciembre en un inusual referendo sobre los resultados de la elección presidencial del 14 de abril, podríamos decir que estos comicios estarían condenados a una baja participación.

El problema con el plebiscito del 8 de diciembre es el parámetro que se usará para definir quién ganó: ¿Votos totales de los candidatos del chavismo y de la oposición?, ¿cantidad de alcaldías?, ¿cantidad de alcaldías en el corredor electoral?, ¿crecimiento o pérdida de poder local?.

No se debe olvidar que el chavismo se encuentra (desde 2008) en lo que podríamos considerar su tope de control municipal. En el año 2000 apenas gobernaba en 80 municipios; para las elecciones locales del año 2004 lograron expandir su poder a 163 municipalidades y en los comicios de 2008 obtuvieron la victoria en 265 municipios. En otras palabras, en este momento el chavismo controla ocho de cada 10 alcaldías en el país.

No obstante, como advertíamos en otros textos, si se utilizan como referencia los resultados del 14 de abril y se proyectan a las elecciones locales se puede suponer que la oposición está en capacidad de revertir esta pérdida sostenida de poder y lograr imponerse en 96 municipios y pelear (en caso que se presenten candidaturas de unidad) en otras 20 jurisdicciones.

Entre el 5 y 9 de agosto se inscribirán más de siete mil candidatos, a favor o en contra del actual modelo político, para que usted vaya a votar el 8 de diciembre. La pregunta es si lo hará para “dirimir” la duda sobre el 14 de abril o lo hará para intentar elegir a personas que, al menos, se preocupen por mejorar su día a día.


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