Otro Blog del Grupo Noticias en Tweets »» Sígueme en Facebook Sígueme en Twitter Síguenos en Instagram Suscríbete a NT Youtube Suscríbete Gratis Síguenos en Google +

sábado, 27 de julio de 2013

Ofrezco Bs. 6,31; mejor Bs. 6,29. Por Oswaldo Páez



Anunciar el criterio aplicable cuando ya el acto está consumado no es una forma singular, atípica...

OSWALDO PÁEZ-PUMAR | EL UNIVERSAL

La mal llamada subasta del Sicad ha puesto de manifiesto que ni el gobierno ni el BCV saben qué hacer para reactivar la economía, superar la escasez de tantos artículos de primera necesidad y devolverle al bolívar su poder adquisitivo. También ha puesto de manifiesto que ambos sí saben qué hacer para promover la inflación, agudizar la escasez y paralizar la economía con medidas destinadas a crear ilusiones en algunos sectores que todavía no comprenden que el objetivo efectivamente perseguido o derivado de la ignorancia es la inflación, la escasez y la destrucción del bolívar para hacernos a todos dependientes del gobierno.

Llamar subasta a la oferta de venta de un bien (el dólar) que termina siéndole adjudicado no al mejor sino al peor postor es un triple fraude. Fraude al lenguaje que define subasta como la venta pública de bienes que se hace al mejor postor. Fraude a la ciudadanía que concurre a ella creyendo que ha sido invitada a participar en un negocio jurídico de acuerdo con la regla aplicable en virtud de la palabra empleada. Fraude a la nación que sale perjudicada cuando los encargados de la adjudicación estiman como proposición más ventajosa, la que efectivamente lo es, pero para quien compra y no para quien vende que son al alimón la República y el BCV, cuyos intereses fueron confiados a unos martilleros, que decretaron las adjudicaciones, de quienes tengo el derecho de sospechar que han martillado.

Anunciar el criterio aplicable cuando ya el acto está consumado no es simplemente una forma singular, atípica, sino fraudulenta y tramposa; pero que además participen en ella los directores del BCV que en razón de sus funciones tienen legalmente el deber de preservar el valor de la moneda, no tiene sino dos explicaciones. La primera es que el directorio en pleno está conformado por una partida de ignorantes que creen efectivamente que el valor del bolívar en relación con su paridad frente al dólar de EEUU se determina por lo que diga el convenio cambiario suscrito entre el Ejecutivo y el BCV. La segunda es que sabedores del valor real del bolívar decidieron vender sus reservas que son el respaldo del papel moneda que emiten a unos amigos y sus empresas de maletín, pero eso sí manteniendo sus manos impolutas en ese torvo manejo. Que lo quieran repetir crea inconmensurables dudas.

opaezpumar@menpa.com


Deja tu comentario