miércoles, 7 de agosto de 2013
Ricky Martin y su bandera. Por Miguel Weil
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MIGUEL E. WEIL DI MIELE | EL UNIVERSAL
Alguien a quien sigo en el Twitter, retuitea a Ricky Martin. El ex Menudo se mofaba de Maduro, quien en la entrega del Premio Internacional a la Novela Rómulo Gallegos, había supuestamente confundido la bandera de Cuba con la de Puerto Rico. Varias páginas Web, entre ellas La Patilla, confirmaban el asunto con los usuales titulares. El de la mentada página por ejemplo: "Maduro mete la pata geográfica nuevamente: no sabe cuál es la bandera de Cuba (Video)". Click, doble click, y va uno, como un idiota, a ver el video, y la primera reacción es la indignación, la vergüenza, porque el torombolo que Dios sabrá cómo se había montado en el poder, no sabía distinguir banderas, ni historias, ni colores, ni nada. Que para él era lo mismo Ponce de León que Diego Velázquez de Cuéllar; Buena Vista Social Club y Calle 13; José Martí era el redactor de la Ley Jones.
Pero resultaba complicado creerlo del todo. El premio lo ganó Eduardo Lalo, escritor boricua. Por eso estaba allí esa bandera, así que antes de ponerse uno a escribir sobre la representación más brutal de la decadencia, manifestada en ese momento de confusión de símbolos de otras patrias, mejor buscar el video completo. Conclusión: la sospechada. El bigote divaga en sus usuales sinsentidos incoherentes en un discurso en el que mezcla la lucha de Bolívar con las independencias antillanas, haciendo un paté del idioma en el que ni hay sintaxis, ni gramática, ni nada, pero habla de Puerto Rico y de su independencia. El video editado, corta las menciones a Puerto Rico que hace antes y después, y como el hombre no es precisamente un maestro de la comunicación, encaja perfecto para pensar que el tonto de costumbre ha confundido las banderas. Y aunque siempre queda la duda, porque con Maduro siempre queda la duda, parece evidente que la edición del video saca un poco las cosas de contexto. La indignación entonces se multiplica.
Si hay algo que le sobra al Bigotes, son las estupideces. ¿De verdad hace falta inventarle otras? Quizás quienes publicaron el video en sus páginas Web lo recibieron igual que yo y así lo replicaron, sin mayores verificaciones. La virtud de nuestros tiempos es la facilidad para comprobar las cosas. Cualquiera se equivoca, cero rollo. Pero hay un necio (siempre hay uno) que edita el video y lo sube a Internet y, así como nuestro tiempo tiene esa virtud y cada uno de nosotros el poder para verificar, creo que el momento demanda un poco más de quienes han de informar. Son bastantes los espacios perdidos comunicacionalmente como para que además, en los pocos que nos quedan, como La Patilla o lo que sea, estén afanándose de descontextualizaciones de un discurso, emitido por el político más fácil de criticar de todos los tiempos. Desprestigia, resta y sirve para que Pérez Pirela hile alguna teoría de la conspiración en la que Aznar y Uribe reunidos en Israel, con una Ouija, invocan a los espíritus de Hitler y Franco para redactar el titular que luego enviarían a los medios privados para que veamos por qué pierde la alcaldía de Maracaibo. Y siempre hay un tonto de capirote que se lo cree.
La decadencia se manifiesta con suficiente contundencia (Diosdado marchando contra la corrupción, que es como Superman marchando contra los superhéroes) como para ponernos creativos. La realidad es demasiado dura como para que también nos carguemos la fantasía. Además, Ricky Martin con su bandera, ni se entera. "Un, dos, tres, un pasito pa' tras".
@weilmiguel
miguelwd@yahoo.com
