ORLANDO JOSÉ BRUZUAL ROJAS | EL UNIVERSAL
Como hicieron los científicos del instituto Roslin de Edimburgo con la ovejita Dolly, un grupo de seguidores de la religión Raeliana en Venezuela han ofrecido al gobierno de Maduro la posibilidad de clonar al difunto Chávez para que regrese nuevamente a Venezuela.
Esta secta religiosa fundada por Claude Vorilhon, quien se hace llamar representante de una raza alienígena, sostiene que el ser humano no es producto de la creación de Dios sino que forma parte de un experimento genético de una raza extraterrestre.
Y es que dentro de la esquizofrenia colectiva que sufren muchos venezolanos, pareciera que el capítulo de Chávez no termina de cerrarse de una vez por todas. Debemos recordar cuando el presidente Maduro dijo a la prensa que tuvo una visión donde Chávez en forma de pajarito se le apareció y lo aconsejó en materia política y económica. Si a este episodio le sumamos la cantidad de personas que dicen haber visto al fantasma de Chávez, no debemos extrañarnos que ahora este gobierno asesorado por Cuba pretenda clonar al muerto para seguir utilizándolo como herramienta propagandista.
¿Pero qué pasaría si este plan llegara a funcionar? Si en algo estamos seguros es que este gobierno maneja muy bien la técnica de la clonación como sucedió con las cédulas de identidad en las elecciones pasadas. Por otro lado; ¿imagínense si esto funcionara y también el gobierno decidiera regresar a la vida a la legendaria anarquista Lina Ron y tener que verla nuevamente montada de parrillera en una moto como un zombi en plena avenida de Caracas?
Yo pienso que lo que se debe hacer urgentemente es revivir al país. Debemos clonar más hospitales para que el venezolano goce de una buena salud y salir de esa plaga médica cubana. Debemos clonar más escuelas e institutos superiores que son los motores del desarrollo económico y social. Debemos clonar más fábricas para que no dependamos de otros países. Debemos clonar más parques, museos y toda institución cultural que engrandezca la cultura. En fin, por qué no revivir a nuestro maltrecho ejército que lo han convertido en caballo de Troya los grupos de la droga.
Es hora de olvidar al muerto y seguir luchando por una patria más justa. El país no necesita más brujos, zombis ni clones. Necesita un cambio urgente que incluya a todos los actores políticos de la patria. Y en vez de resucitar a los muertos: ¿Por qué no acabamos con el hampa que tanto vivo se lleva?
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