Finalmente tanto el Vicepresidente Ejecutivo, Tareck El Aissami, como el gobernador del estado Táchira, José Vielma Mora, dieron detalles sobre el puesto en funcionamiento de la nueva política cambiaria del Ejecutivo para el año 2017: la apertura de ocho casas de cambio en los estados fronterizos con Colombia, Zulia y Táchira. Sin embargo, en principio pareciera que se repite la historia de lo ya vivido con el extinto Simadi y el rezagado Dicom.
Por Asdrúbal Oliveros y Pilar Navarro / Prodavinci
En otras palabras, pensamos que estas Casas de cambio cuentan con ciertas debilidades y que por lo tanto terminarán siendo más de lo mismo. Ahora, cabe preguntarse: ¿cuáles son esas debilidades y cómo puede afectarse el mercado cambiario?
El tipo de cambio fijado no reconoce al mercado
De acuerdo a las declaraciones emitidas por diferentes miembros del Ejecutivo, el tipo de cambio al cual se podría cambiar pesos colombianos por bolívares sería de COP 4,0/VEF, es decir, con cuatro pesos colombianos se podrá adquirir un bolívar. Lo que es igual a decir que para adquirir un peso colombiano se necesitan 0,25 bolívares (VEF 0,25/COP). Por otro lado, según el Banco de la República (Banco Central de Colombia), el tipo de cambio al día de ayer entre el peso colombiano y el dólar americano se encuentra en COP 2.936,0/USD, lo que refleja un tipo de cambio de frontera de VEF 734,0/USD.
Si bien este tipo de cambio es superior al Dicom (VEF 677,2/USD), el mismo no reconoce las fuerzas de la oferta y demanda. De lo contrario, el tipo de cambio de frontera debería en primer lugar pegarse a la cotización del paralelo y luego ir descendiendo paulatinamente hasta encontrar un punto de equilibrio. Pensamos que esto no ocurrirá y que por tanto este marcador quedará como otro indicador más de tipo de cambio oficial y más que solventar los múltiples desequilibrios en el mercado cambiario los exacerba.
Falta de transparencia y de simplificación de trámites
Como hemos mencionado en múltiples artículos que hacen referencia al mercado cambiario venezolano, un factor fundamental para que cualquier mecanismo pueda solventar la crisis en la que se encuentra este mercado es la simplificación de los trámites para la compra y venta de divisas así como la transparencia en todo el proceso. Sin duda alguna, la fijación del tipo de cambio sin el reconocimiento del mercado y los requisitos publicados para poder comprar y/o vender divisas van en dirección contraria.
Topes en las cantidades a ser transadas
Al colocar límites en las transacciones nuevamente el Ejecutivo cae en el problema de que la demanda de divisas será superior a las posibilidades de adquisición de divisas. Además, si agregamos que a un tipo de cambio inferior al que refleja el mercado negro la demanda es infinita, resulta obvio que las necesidades de moneda extranjera no van a ser cubiertas.
Se mantienen las oportunidades de arbitraje
Dado que la demanda no será satisfecha por el nuevo sistema cambiario, el mercado negro de divisas seguirá vigente. Así, un agente tendrá todos los incentivos de hacer todo lo que está a su alcance para comprar divisas a través de las Casas de cambio y venderlo en el mercado paralelo, logrando así obtener rentas que deben ser consideradas como normales en un mercado donde los controles limitan la operatividad de los agentes económicos.
La interrogante de las personas jurídicas
No queda claro, por ahora, si las personas jurídicas podrán participar en el mercado o no. Por un lado, en las declaraciones de Vielma Mora se establece que será un mercado para las personas naturales. Por otro lado, el presidente Maduro declaró que “el acceso de estas operaciones financieras es para ciudadanos naturales y jurídicos, quienes pueden hacer uso de dicha plataforma financiera”. Históricamente desde que comenzó el control cambiario, las operaciones del mercado corporativo representaban alrededor de 80,0% del total. En este sentido, es importante resaltar que de no poder participar las personas jurídicas entonces estaríamos hablando de un mercado donde solo se realizarían operaciones de menudeo y, por tanto, no sería un indicador referencial para el mercado cambiario.
La falta de oferta en el mercado
Dadas las debilidades que comentamos, no existen incentivos para que un agente económico oferte sus divisas en estos mercados. Consecuentemente, la oferta dependerá casi en su totalidad del BCV y seguirá ocurriendo lo que ya sucedió con el Simadi y Dicom.
Conclusión: más de lo mismo y sin impacto en el paralelo
Para garantizar el éxito de un nuevo sistema cambiario y la materialización de sus beneficios en la economía, como la disminución de la inflación y la reducción de la cotización del dólar paralelo, se deben aplicar una serie de políticas que pasan por tres ámbitos, a saber: monetario, fiscal y del funcionamiento intrínseco del sistema.
En referencia a este último punto, es fundamental que el mecanismo sea transparente, la participación debe ser abierta y sin condicionamientos, existan reglas claras y se permita la participación del mayor número posible de actores (incluidas banca privada y casas de bolsa). Como describimos a lo largo de este artículo, ninguna de estas condiciones se cumplen, por lo que no esperamos observar beneficios en el corto, mediano o largo plazo de la apertura de estas nuevas Casas de cambio.
Y volviendo a la pregunta que todos se hacen: hasta que no se resuelvan los múltiples desequilibrios que afectan a la economía venezolana, no hay razones para pensar que el tipo de cambio paralelo entre en una senda sostenible de apreciación. Todo lo contrario, la presión al alza se mantiene.
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