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lunes, 14 de abril de 2014

¡Revienten a los estudiantes!. Por Miguel Bahachille


MIGUEL BAHACHILLE M. | EL UNIVERSAL

La expectativa humana ha sido siempre la motivación más poderosa para producir los cambios sociales. Cuando ésta decae, como ávidamente lo busca el régimen oprimiendo a los jóvenes, predomina la pasividad. El déspota no soporta cuadros políticos, sociales, económicos y personales discrepantes del signo absolutista. En consecuencia la universidad, máxima vocera de la diversidad, se constituye per se en la mayor amenaza para el deseo envolvente del gobierno. Es en las aulas donde se contienden y vislumbran las distintas doctrinas que perfeccionan la formación ciudadana. Así pues el estudiante, avistado por el régimen como el peor enemigo, debe ser reventado sin misericordia. ¡Las ideas no cuentan!

Mientras delincuentes armados, con y sin capucha, identificados con "la causa revolucionaria", agredían sin ambages a estudiantes dentro de la UCV, Maduro divulgaba en cadena nacional la instauración de otra farsa: "Un Consejo de Derechos Humanos" integrado precisamente por los encubridores de los agresores que en ese mismo instante golpeaban y desnudaban a estudiantes dentro del recinto universitario. ¿Es que acaso Jorge Arreaza, Rodríguez Torres, Elías Jaua, Gabriela Ramírez, Ortega Díaz, Gladys Gutiérrez, entre otros comisionados, están desinformados de la sistemática violación de derechos humanos contra los estudiantes? ¡Claro!, para ellos es más "rentable" voltear la cara con candidez.

El gobierno sólo descuella para hacer ostensible un poder despótico e intimidatorio. Maduro no conversa porque no sabe hacerlo. Su discurso, efímero en ideas y abundante en palabrería, se sustenta básicamente en gestos de violencia. Pretende mandar, no gobernar, basado en una pseudo ideología heredada, asentada en regalías y no en el trabajo productivo. No se da cuenta que el chantaje social al talante "Dakazo" se agotó en razón de la merma de divisas que ingresan al país. En consecuencia hay que buscar una "cabeza de turco" a quien culpar: "los estudiantes". Reventémoslos por disentir de una utopía que los condena al ostracismo. No es un secreto que esa conjura cuenta con el apoyo de las zaheridas instituciones.

Por otra parte, para que la manipulación sea "eficaz" se requiere del control absoluto de los medios. Para las televisoras y casi todos medios radiales del país, censurados o autocensurados, no existen estudiantes maltratados y torturados. Las imágenes de Colectivos "avenidos" con la GNB y oros cuerpos policiales apaleando a jóvenes sólo se conocen mediante las redes sociales reproducidas por los "camarógrafos de calle". La ética periodística con pocas excepciones está en su peor momento. Dicen algunos editores que "hay que adaptarse"; que la ética por los momentos está "sobrevaluada". El miedo y la sumisión es lo que prevalece. Por ejemplo, a la inmensa red de medios oficialistas, se le suma Últimas Noticias y otros de menor alcance. Díaz Rangel, Ucevista de larga data, enmudece medrosamente. Con su silencio afianza hoy lo que condenaba ayer.

Volviendo con los estudiantes. Ni en los 40 años de la vilipendiada democracia, ni durante la década dictatorial anterior, se había visto tanta rapacidad humana provenida de una conducta tan animal contra alumnos en su propia sede, como se ve hoy. Lo mismo ocurre en calles y viviendas particulares. Casi a diario nos topamos con acciones policíacas estremecedoramente antihumanas.

¿Cómo explican los manipuladores, comenzando por Maduro, que en una democracia se produzcan tantos desgarramientos visibles del tejido social venezolano? No pueden porque el vocablo "democracia" está prohibido en Cuba. Ese país dictatorial lleva 50 años fabricando axiomas destinados a aturdir la sensibilidad de sus habitantes para debilitar cualquier expectativa de cambio social. Como el 80% de los venezolanos, sobre todo estudiantes, no son presa fácil de ese ardid destructivo, ¡pues merecen ser reventados!

Cuba lleva 50 años echando mano de inimaginables artefactos futuristas que sus ductores reproducen en serie para justificar la revolución. Mientras los Castro siguen exportando su proyecto fracasado a Venezuela buscando "salvavidas" para la debacle económica de Cuba, Venezuela ni siquiera pueda cubrir parte de sus penurias. Entretanto, ¡palo con nuestros muchachos!

miguelbmer@gmail.com

@MiguelBM29



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