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domingo, 19 de octubre de 2014

Pan y circo con gasolina. Por Domingo Fontiveros


El entretenimiento es una falla importante del estado actual de cosas

DOMINGO FONTIVEROS | EL UNIVERSAL

En la antigua Roma, el pragmatismo del ascenso y conservación del poder se fue ligando cada vez más a la mezcla de panem et circenses, según acuñó Juvenal hace casi 20 siglos. Está en la naturaleza animal comer haciendo el mínimo esfuerzo, y divertirse pertenece al área de lo imprescindible para el ser humano. Comida y entretenimiento, gratuitos o a bajo costo mantienen contento al pueblo y confiados a los gobernantes. Si existe una fórmula simple para la preservación del poder, "pan y circo" forman parte de ella.

Quizá el único dirigente en la historia que ofreció lo opuesto (sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas) fue Winston Churchill al presentarse como Primer Ministro en 1940. Churchill era un anacronismo, muy necesario para derrotar la maquinaria nazi, pero perdió la primera elección después de la guerra. Los políticos más modernos, en contraste, ofrecen siempre una versión de pan y circo para sumar adeptos. Los dictadores añaden sin confesarlo un tercer elemento en dicha fórmula, que sería una dosis variable de represión intimidante, sobre todo a rivales y adversarios, que resultaría inaceptable para una democracia.

Muy peculiar del caso venezolano es la gasolina barata, considerada por muchos un baluarte de la nacionalidad. Es el único artículo cuyo precio no ha subido en los últimos 15 años. Las autoridades se enorgullecen de haber mantenido invariable el precio del combustible "a pico de surtidor", manejando el tema como una cuarta variable de su fórmula para la "gobernabilidad".

Respecto al primer componente (panem = comida), el Gobierno usa varias vías para tratar de mantenerlo barato: fija el precio de productos de las empresas privadas (incluso por debajo del costo de producción) y comercia con productos que directamente importa con la gran ventaja de autovenderse divisas a un cambio $/Bs muy superior al aplicado para vender divisas a los empresarios privados. A duras penas puede mostrar un logro parcial en unos cuantos ítems vigilados por centenares o miles de funcionarios, mientras el Banco Central informa que al consumidor la inflación en alimentos supera con creces a la inflación general. Con este registro, algo como panem modicum jamás podrá convertirse en motto del ministerio responsable de la alimentación popular.

El entretenimiento de la gente (es decir, circenses) es por naturaleza menos concreto y material que la comida. Eso no lo hace más fácil de proveer. El Gobierno puede hacer alarde de paradas militares y desfiles folclóricos que se ajustan al gusto de una parte de la población; durante sus años, Chávez convertía a las cadenas televisivas en verdaderos espectáculos que cautivaban a un público mucho mayor pero sus cualidades para ello son irrepetibles. Los parques, museos, zoológicos y sitios semejantes cumplen una función de alcance limitado, y muchos sufren el deterioro de una gerencia burocratizada. Algo parecido puede observarse en las actividades culturales y de turismo manejadas por funcionarios. La inseguridad personal no es propicia para la vida nocturna, que ha menguado terriblemente, incluyendo cines, restaurantes, discotecas, paseos en bulevares, plazas y otros. Los numerosos medios radioeléctricos del Estado son muy monocromáticos y, salvo excepciones, ofrecen una programación acartonada y fundamentalmente aburrida, que de todas formas buscan seguir expandiendo en los espacios de TV por cable. Los medios privados, incluso los menos limitados por las preferencias oficiales, han perdido algo o mucho de la vitalidad creativa que alguna vez distraía tanto. Los humoristas vernáculos han tenido que atender audiencias en otros países por restricciones internas a su actividad. Mención especial merecen los celulares inteligentes que han adquirido alta incidencia en la diversión de niños, jóvenes y adultos, pero cuyo encarecimiento astronómico, gracias a las políticas oficiales, los ha convertido en algo inasequible para casi la totalidad de personas. El entretenimiento, en resumen, es una falla importante del estado actual de cosas. ¿Panem non modicum et sine circenses? Como para subir el precio de la gasolina.

dffontiveros@gmail.com


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