Francisco J. Quevedo / Runrún.es
Ante un sistema cambiario que nos confronta con tres tasas, ahora todas oficiales, de 6,30 – 12y 174,46 bolívares por dólar, todos nos preguntamos, cuánto vale –realmente– un bolívar?
El llamado “MacDólar” que mide la paridad de poderes adquisitivos ante la hamburguesa, publicado por la afamada revista de Londres The Economist, nos sugiere un valor que ronda hoy los 28 Bs./US$, pero esta tasa, si bien nos sirve de orientación, mide quizás la equivalencia en capacidades de compra para comer afuera, y comida rápida, de paso. No es un indicador firme ni oficial.
El método clásico nos obliga a comparar costos de canastas básicas, sin embargo, tampoco resulta porque los patrones de consumo en los Estados Unidos vs. los de Venezuela difieren mucho. Los venezolanos, muy pobres en promedio, y en comparación con los americanos, gastan más en comida, en efecto casi la mitad de su presupuesto familiar, y tanto más cuanto más pobres sean, contra cerca del 10% para los del norte. Sin embargo, ubicamos la canasta alimentaria oficial, la que usa el Buró del Trabajo y Estadísticas, y al compararla con la cesta del INE nos arroja una tasa paritaria entre Bs. 18-19 p/US$ que tampoco es perfecta porque se refiere solo a alimentación, donde las regulaciones venezolanas, los subsidios y el mismo sistema cambiario alteran la realidad, pero es más formal e indicativa.
El valor del dólar se ubicaría en la realidad entre ese rango que marcan las canastas y el Big Mac®, entre Bs. 18 – 19 y Bs. 28. Esto indica, evidentemente, que a la tasa de 6,30 el bolívar está sobre-valuado en casi un 300%, lo cual explica las distorsiones que se observan, el “bachaqueo” y la corrupción. Ahora es en Cúcuta donde gritan “ta’ barato, dame dos” cuando ven los precios subsidiados de Venezuela, particularmente el de la gasolina. Y a Bs. 174,46 nuestra moneda está sub-valuada en más de 900%. De allí que –contrario a los colombianos– seamos los venezolanos quienes gritemos “¡eso ta’ muy caro!”. Todo producto cuyos costos se basen en este cambio resulta excesivamente oneroso para nosotros. El beneficio lo tendrá el turista que nos visite.
La tasa Sicad, ahora unificada, pareciera que se orientará hacia una paridad más real o acertada, en la medida que las subastas, que no se efectúan desde Octubre, vale decir, vayan deslizando poco a poco el cambio de apertura, fijado en Bs. 12 por dólar hacia esos Bs. 18 – 19 y hasta Bs. 28 p/US$. No está equivocado el Gobierno. Lo que no tiene sentido son los extremos, el 6,30 y esos 174,46 bolívares por dólar.
El dólar no vale Bs. 174,46, ni 90, ni 186. Esa diferencia entre la paridad real, ó incluso respecto a esos Bs. 28 que pauta el Big Mac®, versus el Simadi, es producto de la desconfianza y las distorsiones que crea el mismo control de cambios, un círculo vicioso que causa una demanda aberrada de todo lo que parezca barato, incluyendo esos dólares oficiales, los cupos de viajero, la gasolina, etc., y que distorsiona los precios internos de todo lo importado. Es el mismo esquema cambiario el que subsidia el “bachaqueo”. No hay guerra económica alguna, salvo que emane de Miraflores, es mera lógica, sobrevivencia.
Claro, el dólar, en la práctica vale lo que nos cueste. Pretender que un activo, un servicio o nuestro salario puedan valorarse a 18-19 Bs./US$ sin considerar que la tasa de cambio con la cual se adquirió tal producto, como la leche en polvo, por ejemplo, fue de la de 6,30, es un error tan grande como dividir su precio entre 174,46. “Ni lo uno, ni lo otro, sino todo lo contrario” como dijo CAP.
@qppasociados
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