Fausto Masó / El Nacional
Los medios mundiales no están autocensurados, como ocurre con nuestra televisión; informaron fiel y constantemente sobre el atropello que se cometía con Antonio Ledezma, desbordaban indignación, no se tragaron las mentiras oficiales. En los noticieros alemanes, franceses, latinoamericanos, españoles, se reproducía una y otra vez las imágenes del salvajismo contra el alcalde de Caracas.
Se libra también una batalla decisiva en las calles de Bogotá, Madrid, París, Londres, Buenos Aires, Uruguay… allí hay que convencer a la opinión pública de que Maduro no quiere celebrar elecciones. No se trata de recorrer el mundo, lo que no hace daño, sino de mandar un mensaje, el de pedir elecciones libres, democráticas e igualitarias y llenar de periodistas a Venezuela. Chávez celebraba elecciones porque las ganaba, Maduro las evita porque las perderá, todas: incluso un revocatorio.
No hay temor en la MUD, a pesar de que algunos estúpidamente aprovechen para atacarla. No cabrán los presos en Ramo Verde.
Esta batalla se gana en el mundo, hay que seguir pidiendo elecciones, con mayor fuerza que nunca. Enviémosle un mensaje claro a la televisión mundial, queremos libertad y elecciones, así se desenmascara a un régimen autoritario.
Maduro utiliza un lenguaje deliberadamente provocador, quiere justificar la represión. En una democracia los ciudadanos piden lo que les dé la gana, desde celebrar elecciones hasta la renuncia de su presidente, las palabras “transición” y “renuncia” enloquecen a Miraflores.
¿Vivimos bajo una dictadura? Mayor razón para votar si se celebran elecciones. El viejo Partido Comunista no le daba la espalda a ningún tipo de lucha, no hay mejor oportunidad para agitar que cientos de candidatos haciendo campaña en cada rincón de Venezuela.
¿Maduro es comunista? ¿Comunista no entrega? Fijémonos en el ejemplo del sindicato Solidaridad en Polonia, o en la antigua Birmania, o en decenas de casos similares. Hay que participar en cualquier elección para desenmascararlo internacionalmente. Desde hace meses Nicolás Maduro amenazaba con traspasar la reya amarilla, ahora puso las cartas sobre la mesa, ya no hay límites para Miraflores, cambió el nombre del juego. Si lo dejan no celebrará elecciones. El gobierno no cesa de suministrarles argumentos a los abstencionistas, desde nombrar a Tibisay en el CNE, jugar con la fecha de las elecciones, a intentar que algunos tránsfugas sirvan de comparsa. Esa maniobra la insinuó Maduro el pasado jueves.
No le perdonan a Julio Borges su programa diario que golpea donde duele, y le tienen pavor a Antonio Ledezma.
Ahora más que nunca hay que votar. Ignoramos hasta dónde llegará Nicolás Maduro, anda buscando no celebrar las elecciones aunque sobre esto no hay una decisión en el chavismo. Tantean el camino. Están asustados porque la popularidad de Maduro entre los chavistas cae como un plomo, hay chavistas con vergüenza abochornados por lo que está ocurriendo. Mañana Venezuela solo será posible si gobiernan juntos chavistas que crean en los derechos humanos y antichavistas. El plan de reconstrucción nacional requiere también un gobierno de unidad nacional.
A Julio Borges lo espera Ramo Verde. El machismo de Maduro hasta ahora ha salvado a María Corina.
Han fracasado todos los intentos de aumentar la popularidad de Nicolás Maduro, algunas encuestas lo colocan por debajo de 20 puntos. Aumentarán la gasolina y devaluarán el bolívar, pero el dinero no les alcanzará a menos que privaticen empresas y se atrevan a gobernar con puros civiles...
Ledezma se portó como un valiente. No sirve de nada acobardarse.
¿Qué hará Maduro si surgen 100 Ledezma?
Pues, aparecerán 100 Ledezma, pronto.
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