CIPRIANO HEREDIA S. | EL UNIVERSAL
Hace unos días el canciller y reconocido filósofo Elías Jaua, sacudía al país entero con una aguda pregunta que solo una mente privilegiada puede concebir: ¿ustedes quieren patria o papel tualé? A lo cual inmediatamente añadió con sapiencia propia de un ducho encapuchado de cultura universal: "un problema puntual de abastecimiento no puede medirse con un valor supremo como es tener patria, la patria no se mide en un supermercado"... Uuuffffff. Densidad intelectual pura y dura.
La verdad es que el Sr. Jaua me estremeció la conciencia. Jamás me había planteado semejante dilema: ¿tener patria o papel tualé? ¡Guao! En realidad me senté a pensarlo por un buen rato. No es fácil dar respuesta a un reto mental y moral como ese. Nada más y nada menos que tener que escoger entre Venezuela, sus símbolos, su historia, mi identidad y mi nacionalidad por un lado, y un bien tan necesario y básico como el papel tualé, un artículo simplemente indispensable para llevar una vida medianamente civilizada.
No obstante, me encontraba en plena meditación profunda e inmerso en severas disquisiciones éticas, cuando de repente surgió una reflexión elemental en mi cabeza: ¿por qué los venezolanos debemos asumir como válida semejante dicotomía? ¿No es posible tener patria y papel tualé a la vez? ¿Será este, acaso, uno de los dilemas existenciales que plantea una doctrina tan de avanzada como el "socialismo del s. XXI"? ¿No será, más bien, que el verdadero dilema es entre el modelo socialista, intervencionista, controlador, anacrónico y fracasado por un lado, y el papel tualé, la harina de maíz precocida, la leche, el café y las toallas sanitarias por el otro? Porque la respuesta a ese dilema sí que la tengo clarita: entre el socialismo de este Gobierno y el papel tualé, me quedo con este último sin pensarlo dos veces, y hemos llegado al punto en que debemos ir escogiendo, porque se va haciendo palpable que ambas cosas se excluyen mutuamente.
Tras estas reflexiones básicas que han puesto orden en mi cerebro y traído serenidad a mi conciencia, no puedo dejar de pensar en que este Gobierno nos tiene además padeciendo la inflación más alta del Continente, que el nivel de desabastecimiento tiene meses por encima del 20%, que la productividad está en el piso tras la expropiación de mil empresas y la confiscación de 4 millones de hectáreas en el campo, que el año pasado importamos bienes por más de 50 mil millones de dólares, y que dependemos del petróleo más que nunca, todo lo cual nos tiene hundidos en una grave crisis económica.
Por todo ello, yo le devolvería la pregunta al Sr. Jaua en estos términos: ¿debemos nosotros someternos a su falso dilema, o será que ustedes desde el Gobierno han hecho con la patria lo que todo el mundo normalmente hace con el papel tualé?
No hace falta que responda Canciller. Los venezolanos sabemos de sobra la respuesta y, aunque a Ud. le moleste, una parte de ella sí se mide y se refleja en los supermercados.
Diputado al Consejo Legislativo de Miranda y Sub Sec. Gral. de ABP
cipriano.heredia@gmail.com
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