GUILLERMO GARCÍA N. | EL UNIVERSAL
En el foro "Perspectivas económicas 2015" celebrado por Venancham en Valencia el jueves 26 de febrero, el economista Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, señaló que la dolarización en Venezuela no era una solución viable y que podría generar impactos sociales fuertes. Con todo respeto al economista Oliveros, al cual considero un gran economista y sigo sus opiniones y comentarios, sobre el tema de la posibilidad de establecer la dolarización plena en Venezuela, difiero por las siguientes razones:
La situación de desequilibrio del mercado cambiario en Venezuela en los últimos 24 meses, y las medidas adoptadas por el Ejecutivo Nacional de devaluar el bolívar y eliminar el Sitme; y creando el Sicad I , Sicad II y ahora Simadi, ha llevado que el valor intrínseco del bolívar se haya pulverizado, generando cada día mayor presión sobre la tasa de tipo de cambio y en la desconfianza del bolívar como moneda de reserva, ahorro y patrimonio, lo que genera a su vez mayor presión sobre la moneda, creando un círculo vicioso de mayor devaluación y mayor inflación y perdida de la confianza y el poder de compra de los salarios y descapitalización de los venezolanos.
El Ejecutivo Nacional y el BCV han intentado mediante políticas heterodoxas frenar esta situación sin hasta ahora lograrlo. Le pregunto al economista Oliveros: ¿Será posible tener éxito siguiendo estas políticas o políticas ortodoxas como Colombia o Perú como plantea? ¿O ha llegado el punto de inflexión, donde una opción válida sea la dolarización plena para un quiebre total de las expectativas de devaluación futuras, desconfianza y abatir la inflación a un dígito en el mediano plazo, mejorando la calidad de vida de los venezolanos?
¿Por qué algunos economistas se oponen? Los argumentos en contra de una dolarización plena señalarían que su implementación haría que el BCV cede la posibilidad de emplear la política monetaria para planificar la economía del país. Que se produciría una pérdida de ingresos para el fisco por concepto de señoreaje. (Ganancia por emisión de papel moneda, bolívares); que el BCV no podría auxiliar al sistema financiero en caso de una crisis, y que dolarizar sería una decisión casi irreversible. Un país que dolariza entrega una parte importante del manejo y establecimiento de política monetaria. De ahí en adelante, la política monetaria y cambiaria la dicta la Reserva Federal de Estados Unidos. No se tendría la posibilidad de acudir a una devaluación para mantener la competitividad de sus productos, por lo que el país perdería permanentemente la capacidad de reaccionar frente a shocks externos; se quedaría sin amortiguadores.
Estos principios de teoría y práctica económica argumentada serían válidos y estarían cónsonos en el caso de una economía en condiciones de desequilibrio macroeconómico distintos a la de la magnitud y gravedad que hoy vive Venezuela y su modelo; y que requerirían de una total disciplina de política económica altamente profesional, transparente, lejos de la influencia política que no hemos tenidos desde 1983. ¡Una paradoja! Los que se oponen a la dolarización, estoy seguro tienen un alto porcentaje de sus patrimonios y activos en dólares. No solo se protegen de la pérdida de valor de sus patrimonios, sino que con las devaluaciones se benefician de la compra de activos baratos en bolívares devaluados y generando altos beneficios cambiarios. En muchos casos, el retorno de inversión se potencia con el apalancamiento bancario al producirse la devaluación, lo que licua la deuda de crédito en bolívares.
Beneficios de dolarizar:
Estabilización y reducción de la inflación a niveles internacionales de un dígito
Bajas tasas de interés y con ello mayor acceso a los capitales.
Eliminación de riesgo de emitir dinero sin respaldo lo que provocaba altos índices inflacionarios.
Se descarta cualquier influencia política en el manejo monetario y fiscal del país.
Credibilidad en el esquema monetario y en consecuencia atracción de capitales extranjeros (inversión directa).
Mayor integración a mercados internacionales, de capitales y valores atrayendo inversión foránea de portafolio.
Balanza comercial que refleja la realidad productiva del país al no poder devaluar la moneda y beneficiar a los exportadores con esta medida.
La dolarización, no es la fórmula mágica para resolver los problemas económicos del país, pero logrará, a corto plazo, una estabilidad monetaria que incluye una reducción drástica de la inflación a nivel de un dígito, tasas de interés bajas, y de la incertidumbre para invertir. Se recuperará el poder de compra de los salarios, el ahorro y el patrimonio de los venezolanos, porque se elimina el riesgo de la devaluación, y el financiamiento crediticio mejora. Finalmente, la dolarización alentará la inversión extranjera y nacional de largo plazo por la estabilidad monetaria y baja inflación.
Asesor Financiero
Candidato AMDP Harvard University
finanzasaldia@gmail.com
@asesorfinanciero
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