Pablo Pérez / El Nacional
El gobierno sigue acorralado con la crisis. No sabe cómo solventar la severa escasez y el malestar colectivo, pues para ello necesita dinero o suficiente producción nacional para llenar los anaqueles y ninguna de las dos cosas están disponibles para ellos ¿De quién es la culpa de ambas cosas? De ellos y de nadie más.
No tendrán soluciones a corto plazo y temo que a mediano plazo tampoco, porque los ingresos por concepto del petróleo siguen en caída y eso les impide aplicar el mismo truco de siempre: importaciones masivas que llenan los bolsillos de unos vivos, pero que no solucionan de fondo el problema, porque la dificultad principal es que no hay producción nacional.
Y no hay producción nacional por culpa de ellos y de nadie más. Ellos acabaron con sus expropiaciones o apropiaciones con las empresas productivas y ahora no se consiguen los productos que antes salían de esas fábricas. Por ejemplo, no hay azúcar porque las centrales azucareras que ahora las maneja el gobierno están paralizadas ¿De quién es la culpa de eso?
Pero además lo poco que queda produciendo en manos privadas está a su mínima capacidad por falta de dólares. El mismo presidente de Cavidea, Pablo Baraybar, viene alertando sobre la deuda acumulada por el sector de alimentos con sus proveedores internacionales y que alcanza los $805 millones. Pero además advirtió que los inventarios están en niveles críticos ¿De quién es culpa eso?
Ahora el gremio de los panaderos advirtió sobre la posibilidad de paralización del sector y no porque son parte de una guerra económica y quieren sacar a Maduro, sino porque no tienen los insumos necesarios para mantener la producción de pan que es un alimento vital en la dieta diaria de los venezolanos ¿De quién es la culpa de eso?
Y así podemos pasar horas enumerando todas las expresiones actuales de crisis. Unas más graves que otras, pero todas con un denominador común y es que su origen está en un gobierno que malgastó los ingresos más altos que ha conocido el país en toda su historia. No hay ninguna justificación para lo que estamos viviendo los venezolanos.
Pero los culpables de forma irresponsable se escudan en la guerra económica y ahora con el golpe multicolor para ocultar su estruendoso fracaso. No entregan dólares y exigen producir. Y mientras la escasez aumenta, ellos castigan al pueblo con más captahuellas, a pesar que el sistema biométrico fracasó porque no lograron ganar ninguna batalla heroica contra el bachaqueo, porque ahora este no sólo es en el Zulia, sino en todo país.
Ante el anuncio de la implementación de 22 mil captahuellas en comercios caraqueños el gobierno cree que va solucionar el problema de la escasez y las colas, pareciera que no han visto la experiencia en Táchira y Zulia, por ejemplo. El captahuellas es la versión moderna de la tarjeta de racionamiento cubana.
¿De quién es la culpa de la escasez, la inflación, la inseguridad, el deterioro de los hospitales y la decadencia en el sector salud, entre otras cosas? Del gobierno. Sin la "papa" del pueblo nunca habrá paz social, ni estabilidad institucional. Por eso Venezuela necesita un cambio, pero ese cambio debe emerger de abajo hacia arriba. Actívate y participa.
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