El bolívar no ha perdido la función de tranzar el valor del producto y de unidad de cuenta, por disposiciones legales que establecen que contablemente debe llevarse todo en moneda venezolana

Mario Jolley / PRENSA LUZ

Desde la década de los 80, existe un proceso de dolarización, establecido en el contexto nacional, relacionado con la demanda, según estudios realizados en el departamento de Estudios Macro Económicos y del Desarrollo del Instituto de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad del Zulia. Han identificado que en Venezuela existe un proceso de dolarización de facto, según el director del departamento, Alberto Castellano.

El elemento innovador en este proceso de dolarización, manifiesta el experto macroeconómico, tiene que ver con la oferta de productos y servicios, luego de la autorización por parte del Estado venezolano a la ensambladora Ford de la venta en dólares los insumos para el ensamblaje, aun cuando el proceso en sí (mano de obra) y los procesos administrativos, sigan siendo manejados en moneda venezolana, extendiendo esta aprobación a que la compañía pueda vender al ciudadano venezolano las autopartes en dólares.

Señala el profesor Castellano que esta medida responde a la escasez de divisas norteamericanas que se está evidenciando en el país en este momento y que de alguna forma dará oxígeno al sector automotriz, lo que permitirá minimizar los impactos que se vienen dando por los efectos de la inflación, así como la alta volatilidad del nivel de precios y el tipo de cambio.

Resaltó que sin duda algunas las otras ensambladoras General Motors y que conforman el conjunto de organizaciones que ofrecen soluciones a la demanda de medios de transporte de todo tipo emularán próximamente las acciones emprendidas por la Ford, para tratar de palear el actual deterioro del sector automotriz en el país.

Dólar primordial

Según explica el especialista en asuntos macroeconómicos, realidades como la inflación, la volatilidad de precios y los tipos de cambio generaron dos realidades. La primera de ella es que la moneda venezolana haya perdido la función básica de reserva de valores y que los participantes de todos los niveles del comercio en Venezuela prefieran la moneda norteamericana para resguardar las funciones primordiales del dinero, como por ejemplo la de medir el valor de un bien, pagar el valor de un producto y la de tranzar el valor de un trabajo.

“No tiene ningún sentido lógico ahorrar en bolívares y eso lo sabe todos los empresarios, comerciantes y emprendedores de negocios, es por eso que el venezolano viene siendo consumista desde la década de los 80, debido a la pérdida del valor y del poder de compra de la moneda venezolana, a diferencia de los bienes que se puedan comprar los cuales a futuro van a tener un valor mayor por el cual fue adquirido”, señaló el profesor Alberto Castellano.

A su juicio, el bolívar no ha perdido la función de tranzar el valor del producto y de unidad de cuenta por disposiciones legales que establecen que contablemente debe llevarse todo en moneda venezolana.

Reconocimiento a lineamientos económicos errados

"La autorización de la venta en dólares de insumos en el sector automotriz evidencia un discreto reconocimiento por parte del Gobierno venezolano a que los lineamientos actuales en cuanto a políticas económicas no llevan al país a hechos positivos", manifiesta el economista Alberto Castellano.

El profesor destacó que en varias oportunidades personeros del Gobierno han admitido errores en la toma de decisiones por parte de las políticas económicas en la República Bolivariana de Venezuela, pero que hasta los momentos no los están corrigiendo. “El no atacar las causas, sino que más bien implementar paliativos, solo permite tratar de frenar temporalmente las consecuencias”

Señaló que en varias oportunidades ha manifestado la necesidad de que todos los sectores involucrados en el desarrollo económico nacional se sienten a analizar los pro y contras de la dolarización de la economía en Venezuela, tal y como ha sucedido en países como Ecuador y Panamá, apalancado en realidades como que el proceso de recuperación de inventarios de muchos de los sectores comerciales del país poco a poco han visto en los mercados de dólares paralelos la única oportunidad para la reposición de su mercancía, entre otras.

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