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martes, 14 de julio de 2015

¿Qué pasará con la economía venezolana en lo que resta de año?. Por Víctor Salmerón


Víctor Salmerón / Prodavinci

Para los venezolanos, el primer semestre de este año fue un largo túnel de precariedad. El incesante incremento de los precios obligó a vivir con menos porque el salario perdió capacidad de compra; la escasez de alimentos se tradujo en largas colas a las puertas de los abastos y supermercados; las empresas enviaron trabajadores a sus casas por la falta de materia prima para producir y no hubo diálogo entre el Gobierno y el sector privado para abordar la crisis. ¿Qué se puede esperar para los meses que restan de 2015?

El precio de la cesta petrolera venezolana registró un acelerado descenso desde 99 dólares en junio de 2014 hasta un promedio de 49,80 dólares en el primer semestre de este año y, si bien el motor de la economía comenzó a fallar antes de la caída, la posibilidad de un cambio en positivo durante los próximos seis meses descansa principalmente en que el oro negro, que provee 96 de cada 100 dólares que ingresan al país, recupere el brillo perdido. Esto permitiría disminuir la escasez porque habría más divisas para importar los productos que han desaparecido de los anaqueles y la materia prima que necesitan las empresas.

1. Perspectivas petroleras. No hay buenas noticias. Ramón Espinasa, quien durante años se desempeñó como economista jefe de Pdvsa, no espera mayores cambios en la cotización del barril en un entorno donde la oferta continuará aumentando y la demanda avanzará a paso lento.

Explica que el crecimiento de la economía global, clave para sostener la compra de petróleo, es exiguo. “En Europa es prácticamente cero, en Estados Unidos se sitúa alrededor de 2%, mientras que China e India crecen a tasas mucho más bajas de las que tuvieron en los últimos diez años”.

Al mismo tiempo asciende la extracción. Ramón Espinasa precisa que “todos miran a Estados Unidos, pero de donde están viniendo los aumentos recientes en producción que están presionando los precios a la baja es en países miembros de la OPEP. En lo que va de año Arabia Saudita ha aumentado la producción en más de 600 mil barriles diarios”.

A esto se añade que Irak —de manera lenta pero constante— comenzó a recuperar su producción después de la guerra y que Libia también muestras signos de revitalización. Además, Irán negocia la firma de un tratado que se traduciría en el levantamiento de las sanciones que le impiden colocar libremente petróleo en el mercado.

Analizar lo que puede ocurrir en Estados Unidos es clave. Gracias a la extracción de crudo de esquisto (shale en inglés), un tipo de roca rebosante de petróleo y gas inaccesible hasta la aparición de nuevas tecnologías, desde 2009 Estados Unidos aumentó su producción de manera constante. A fin de golpear la rentabilidad de estas inversiones, que en teoría requieren que el barril se cotice a un precio superior al actual y no ceder cuota de mercado, Arabia Saudita ha liderado la política, seguida por la OPEP, de no recortar producción.

Ante la interrogante de si la estrategia está dando resultados Ramón Espinasa indica que “la actividad de taladros prácticamente ha caído a la mitad pero la producción ha seguido entrando. La producción de Estados Unidos se está estabilizando alrededor de 9,5 millones de barriles diarios, ahora es cuando comienza a verse el efecto de la caída de los taladros”.

“No sabemos cómo va a evolucionar pero un aspecto a tomar en cuenta es que hay aumentos muy grandes en la productividad, todos los indicadores están mejorando. Los días para perforar un pozo han caído de 22 a 9. El número de pozos perforados por taladros ha aumentado por año de 16 a 41 y también están mejorando las técnicas para romper la roca. La producción inicial por pozo ha aumentado desde 533 barriles hasta 770 barriles diarios, entonces no está claro si el declive de los precios va a disminuir ostensiblemente la producción de Estados Unidos”, agrega Espinasa.

2. Los ingresos. ¿Es posible que Venezuela aumente la producción como la han hecho otros países de la OPEP? Ramón Espinasa es tajante: “La respuesta es no, Venezuela no tiene capacidad ociosa” y añade que en este momento el país solo está exportando 1,6 millones de barriles diarios versus 3 millones en 1998.

Con un precio para la cesta petrolera en torno a 50 dólares el país recibiría alrededor de 80 millones de dólares diarios durante el segundo semestre, es decir, aproximadamente entre 14 mil y 15 mil millones de dólares en total, una cifra que señala que el recorte de importaciones no se detendrá. De hecho, este ingreso sería muy similar al obtenido durante el segundo semestre de 2000, cuando la economía dependía mucho menos de las compras al exterior y tenía que cancelar poco por vencimientos de deuda externa.

Para lo que resta de año la República, incluyendo a Pdvsa, está obligada a pagar 6 mil 300 millones de dólares por vencimientos de deuda externa y como las reservas líquidas, es decir, los dólares en efectivo en poder del Banco Central para cumplir con estos compromisos, se ubican por debajo de 1.500 millones, la administración de Nicolás Maduro, para mantenerse al día, tendrá que continuar reduciendo las importaciones en momentos en que su popularidad se debilita.

De acuerdo con la firma Síntesis Financiera, en el primer trimestre de este año la oferta oficial de divisas para importaciones privadas registró un descenso “de al menos 35% respecto al mismo lapso de 2014″ y el último estudio de Datanalisis sobre el abastecimiento de alimentos en Caracas indica que en los primeros cinco meses de este año, en promedio, 58,4% de los productos esenciales registran escasez, una magnitud que triplicó el promedio de 2012.

3. ¿Habrá default? Los inversionistas observan un altísimo riesgo en las finanzas venezolanas, lo que se traduce en que, si la República emitiese nuevos bonos para obtener recursos y cancelar los que están por vencerse, tendría que pagar una tasa de interés exorbitante.

Al cierre del 6 de julio, Venezuela asumiría una tasa de interés de 28 puntos porcentuales por encima de lo que paga Estados Unidos, la Nación que se financia al menor costo, mientras que en promedio el resto de los países de América Latina cancela 3,9 puntos.

Otra señal proviene de los Credit Default Swap (CDS), el instrumento que utilizan los inversionistas para asegurarse de un posible incumplimiento en el pago que debe hacer el Gobierno al vencimiento de los bonos. Las compañías que venden los CDS le aseguran a los inversionistas que, en caso de que la administración de Nicolás Maduro no les cancele ellas lo harán, a cambio de recibir un pago anual. Es decir, opera como una póliza de seguro contra la eventualidad de un default que es como técnicamente se conoce cuando un país no paga a tiempo sus compromisos.

En un reporte fechado el 8 de julio Bank of America indica que el desenvolvimiento de los CDS de Venezuela apunta a que el mercado observa 56% de probabilidad de que el país caiga en default en un año y 95% en los próximos cinco años.

Los analistas observan la situación con mayor calma que el mercado. Entre el 1 y el 7 de julio Bank of America consultó la opinión de 46 expertos sobre la posibilidad de un default en Venezuela y 79% de ellos considera que la posibilidad de que la administración de Nicolás Maduro incumpla con los pagos programados en un año es menor a 50%. 59% de ellos además estima esta misma probabilidad para los próximos cinco años.

Douglas Ungredda, economista y analista financiero, se encuentra entre los que observa muy poco probable un default. “Un default de la deuda pública venezolana impactaría seriamente al sistema financiero. Entre 30-40% de la cartera de la banca del país está colocada en bonos de la República, parte de ellos en dólares. Además, si no paga, el Gobierno se cerraría por completo las fuentes de financiamiento que le quedan, como China que ha estado prestando algunos recursos. Se quedaría sin flujo de caja”.

En 2016 la República tendrá que cancelar 10 mil 300 millones de dólares por vencimientos de deuda externa y en 2017 otros 10 mil 500 millones.

4. El sector privado. La encuesta de coyuntura elaborada por Conindustria, gremio que agrupa a las empresas que generan 90% de la producción manufacturera, desnudó un marcado deterioro en un sector clave para disminuir la escasez, crear empleo formal y diversificar las fuentes de divisas.

De acuerdo con lo reportado por las empresas al cierre del primer trimestre de este año, en promedio, la industria sólo utilizó 47% de su capacidad instalada, es decir, de las máquinas y equipos colocados en las plantas.

Al ser consultado sobre las perspectivas para lo que resta de año, Juan Pablo Olalquiaga, presidente de Conindustria, explica que “si hacemos una extrapolación de lo que tenemos en este momento y hacerla es pertinente, porque no hay ningún indicio de que vaya a haber una inflexión en la ruta que estamos transitando, el escenario que veo es muy negro”.

El recorte en la asignación de divisas al sector privado no ha permitido reponer los inventarios. “Las empresas se han ido comiendo los inventarios de los insumos que requieren para producir y no ha habido reposición. Para mantener la santamaría arriba han disminuido la producción y también incide que la inflación incrementó los precios de los productos no controlados y la demanda se contrajo. Estas variables han permitido que los inventarios hayan rendido un poco más, pero si continuamos como vamos, las expectativas las veo mucho más dramáticas en el sentido de disminución de la producción de diversos productos”, dice Juan Pablo Olalquiaga.

A manera de ejemplo cita que “ya hay empresas en una situación muy difícil por la insuficiencia de materia prima. En el sector de alimentos falta la salsa de soya para producir mayonesa; en jugos no hay tapas para los envases de vidrio y como no hubo importación de lomo de atún para complementar la producción nacional, en esa área también hay problemas graves”.

Al analizar la situación del empleo recuerda que ya hay empresas que han tenido que enviar trabajadores a sus casas por falta de materia prima, como en el caso del atún, y agrega que en el área de las pinturas, donde tradicionalmente se contrata más personal durante mayo y agosto a fin de aumentar la producción y surtir al mercado en la temporada de fin de año, no se ha concretado el incremento de mano de obra.

5. ¿Habrá diálogo? La posibilidad de un mayor entendimiento entre los empresarios y el Gobierno luce remota. El 27 de junio el Presidente de la República, Nicolás Maduro, anunció que convocará a los empresarios para dialogar y buscar acuerdos a fin de “estabilizar” la economía. No obstante, dejó en claro que no discutirá el tema de la sequía de divisas en el sector privado. Al contrario, indicó que las empresas deben traer al país los dólares depositados en el exterior.

“Los convoco al compromiso, a un diálogo para la acción no un diálogo para el ejercicio general de elucubraciones o solicitudes cadivescas. No es tiempo de solicitudes cadivescas es tiempo de decir qué puedo poner yo por mi país. ¿Si yo tengo 3 mil 500 millones de dólares en el exterior por qué no los puedo traer a mi país para producir? ¿Por qué se tienen que presentar con cuatro cartas a pedir me tienen que dar cuatrocientos millones, quinientos, seiscientos?”, dijo Maduro.

Empresarios consultados indican que, en un entorno donde el control de cambio impide recuperar las divisas a invertir, el control de precios obliga a incurrir en pérdidas porque no hay cómo cubrir los costos y existe incertidumbre sobre los derechos de propiedad, difícilmente las empresas, venezolanas o extranjeras, traerán dólares al país.

El informe que elabora el Organismo de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) sobre la inversión extranjera en el mundo, divulgado el pasado 24 de junio, desnuda que Venezuela recibe una migaja del dinero que las transnacionales europeas, asiáticas o estadounidenses, inyectan en Sudamérica para ampliar las plantas que ya poseen o iniciar nuevos proyectos.

En 2014 la inversión extranjera en Sudamérica registró un total de 120 mil 708 millones de dólares y a Venezuela sólo ingresaron 320 millones, es decir, el 0,2%. Esta es una cifra enana respecto a los 22 mil 900 millones recibidos por Chile, los 16 mil millones captados por Colombia e incluso los 7 mil 600 millones absorbidos por Perú.

6. Las proyecciones. A tan solo cinco meses de las elecciones en las que el Gobierno intentará mantener la mayoría en la Asamblea Nacional, es muy poco probable que ocurran modificaciones en la política económica. Esto implica que continuará un esquema cambiario que tiene consecuencias graves para las finanzas públicas. La mayoría de los dólares provenientes del petróleo son vendidos a 6,30 bolívares y por tanto los ingresos son bajos y no hay cómo cubrir un gasto que no deja de crecer. Analistas consideran que la brecha entre ingresos y gastos se ubica en torno a 16% del PIB, una magnitud históricamente alta.

Para cubrir la diferencia entre ingresos y gastos el Banco Central fabrica billetes que cuando ingresan a la economía disparan la demanda e impulsan la inflación porque la oferta, deprimida por la falta de materia prima en las empresas y el descenso de las importaciones, es insuficiente.

Ante la decisión del Banco Central de Venezuela de ocultar las cifras de inflación, Bank of America creó un modelo para calcular la magnitud de la escalada de precios, tomando en cuenta datos como los agregados monetarios, la recaudación de impuestos, los depósitos y préstamos en la banca, la cantidad de monedas y billetes en circulación y el tipo de cambio del mercado paralelo.

El resultado de esta metodología indica que al tomar en cuenta los doce meses transcurridos desde mayo de 2014 y mayo de 2015, la inflación registra un salto de 108%, con lo que el país se dirige a la inflación más alta desde 1950.

El último informe de LatinFocus Consensus Forecastm, que agrupa las proyecciones al cierre de junio de este año de las principales firmas y entidades financieras, indica que Barclays Capital calcula que este año la inflación será de 188%, Bank of America 198%, HSBC 175%, Frontier Strategy Group 143% y Dinámica Venezuela 147%.

Las proyecciones sobre el comportamiento del PIB tampoco son halagadoras. Barclays Capital calcula un declive de 6,2%, Bank of America de 4%, HSBC de 7,5%, Frontier Strategy Group de 8,8% y Dinámica Venezuela de 5%.


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