TOMÁS SOCÍAS | EL UNIVERSAL
La poca oferta de divisas está haciendo que la economía del país sea cada vez más difícil de manejar. La afirmación la hacemos ya entrado el último trimestre del año, cuando vemos que cada vez hay menos disposición de divisas para los sectores que lo necesitan. Por ello, las imágenes de la gente haciendo colas o de los anaqueles vacíos, se están reproduciendo cada ve más en el país.
Somos unos tercos al afirmar que el país no se acaba mañana y así lo creemos. No obstante, solucionar los problemas más graves de nuestra economía, debe ser una obligación para el Ejecutivo. Sabemos que están trabajando en eso, de allí los viajes a China y Vietnam, los acuerdos y las conversaciones para conseguir más recursos.
Pero, además de eso, es necesario que en el Ejecutivo aceleren la toma de medidas. Se viene la presentación del presupuesto de la nación. Y la pregunta que surge es: ¿Cuáles serán las premisas? La inflación, el producto interno bruto, el precio del petróleo y el tipo de cambio, son cifras que el Banco Central de Venezuela debe aportar, para que el propio gobierno y las empresas privadas puedan definir sus actividades en un futuro cercano.
El tipo de cambio, prácticamente anclado, ha ocasionado que el dólar paralelo siga subiendo y en la medida que la brecha es más grande, entre los tipos de cambios oficiales, los incentivos a vender en el Simadi caen. Hay que tomar en cuenta que no es lo mismo cuando el paralelo estaba en Bs. 180 y el Simadi estaba en Bs. 170 y la gente podía decir que participaría en el sistema. Pero, ahora con más de Bs. 700 por dólar en el mercado negro, la situación es distinta.
Por otro lado, hay que considerar que el Simadi solamente aportó 7% de las divisas al mercado este año. Las cifras que manejamos establecen que el Simadi asigna diariamente 2,4 millones de dólares, mientras que el año pasado, el Sicad II entregaba 36,3 millones de dólares diarios.
Esto representa 93% menos en la oferta de divisas que hace el Estado a distintos sectores de la economía nacional. Y así no se puede manejar una economía que está afectada por la inflación y los pocos estímulos a la producción nacional.
De paso, cuando por un lado, un directivo de la Asamblea Nacional ofreció ser el mediador para el diálogo entre el empresariado y el Ejecutivo, y otro directivo del Parlamento, "tumba" esa mesa y dice que no recibirá a ningún empresario, el mensaje que estamos mandando es que lo que se busca es radicalizar el discurso y no proponer soluciones a los problemas. Si no hay dólares no se puede y el gobierno lo sabe.
Analista económico y político
