TOMÁS SOCÍAS | EL UNIVERSAL
Sea cual sea el resultado de las elecciones del seis de diciembre, el Ejecutivo Nacional anunciará medidas económicas que no pueden retrasarse más. Tal vez resulte una temeridad hacer esta afirmación, no obstante, según nuestras fuentes, en el Ejecutivo afinan estas medidas que no pueden esperar más, so pena de sumergir a Venezuela en una crisis sin precedentes. Si nos preguntan si estamos de acuerdo con las medidas, la respuesta es: Si.
Y es que a estas alturas, cuando estamos a pocos días de finalizar el año, podemos afirmar que el país aún tiene muchas esperanzas de salir de la crisis, pero solamente si se toman las medidas que el Ejecutivo tiene en el tintero y que no había sacado a la luz, hasta esperar las elecciones parlamentarias.
Otra cosa que dirán nuestros lectores es que el refuerzo de la Ley de Precios Justos con el aumento de las sanciones contra quienes la infrinjan, es demasiado para la ya afectada economía venezolana, con el añadido que mientras más punitivas y confiscatorias sean las leyes, más se alejarán las inversiones y la confianza, anta la falta de seguridad jurídica.
Dicho esto, podemos afirmar que el Ejecutivo espera aprobar dos sistemas de cambio, obviamente con dos tasas muy diferenciadas: una cercana a los 80 bolívares por dólar que sería el nuevo Sicad y la otra de cerca de 250 bolívares por dólar para el Simadi.
Los especialistas contactados por el Gobierno y sus propios técnicos han desechado por completo la idea del tipo de cambio único por las repercusiones sociales que podría tener en la inflación.
Es por ello que se mantendrá el dólar a 6,30 bolívares, solo para algunos alimentos básicos como trigo, azúcar, oleaginosas y otras importaciones del Estado que no pasarían de 15. La misma tasa de cambio se mantendrá para las medicinas y algunos insumos y equipos médicos que, de hecho, ya han venido llegando al país a través de la Bolivariana de Puertos. De paso, el dólar a 6,30 bolívares está en el Presupuesto del 2016 para uso oficial y para las estadísticas a nivel internacional, las cuales le sirven al Ejecutivo para afirmar, por ejemplo, que en Venezuela se gana el sueldo mínimo, en dólares, más alto de América Latina.
Otra medidas que se piensan tomar, pero más adelante, como para el mes de febrero, es el aumento de la gasolina, lo cual significa nivelar las cuentas del Estado, ante los aumentos de salarios y pensiones que se hacen todos los años y también para mantener los programas sociales.
Igualmente, se prevé una segunda etapa de la Ley de Precios Justos que sería modificada para establecer una banda de costos. No obstante, nos informan que esta propuesta aún está siendo ajustada, puesto que primero se está viendo cuál es el efecto de las fiscalizaciones y los ajustes de los precios de rubros importantes como la carne de porcino, los huevos, el queso y el pollo, como ha ocurrido en días recientes.
También aparece por el horizonte una posible reforma de la Ley Orgánica del Trabajo, que consistiría en escuchar las peticiones de los sectores productivos que han argumentado que la obligatoriedad de los dos días seguidos de descanso está perjudicando más que siendo beneficioso. Resulta que para el sector de los servicios o el comercio, en los centros comerciales, sobre todo, cerrar sábado y domingo, por la Ley del Trabajo ha causado pérdidas. Por ello, se espera poder llegar a acuerdo para los días de descanso sean dos, pero no seguidos, sino, en el caso de los comercios, los días considerados de baja venta, como lunes y martes. No obstante, se aclara que ésta es una idea que está en estudio.
Lo cierto es que vienen más medidas que sirven de respaldo a los ajustes y a los aumentos de sueldos. Por el bien del país, el Ejecutivo está consciente de que pueden pagar cara la factura de la crisis económica, si no se toman los correctivos necesarios.
Analista político y económico
tsocias@cantv.net
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