Leandro Rodríguez Linárez / @leandrotango
En los actuales momentos, por descuido de nuestra educación e intereses gubernamentales arraigados en taras de nuestra cultura política, proponer “despresidencializar” nuestra democracia pudiera parecer fuera de orden. Somos firmes creyentes que nuestra democracia en la forma contemplada hoy día es una dictadura innovadora, donde (artículo 226 CRBV) el “jefe de Estado” es el presidente, cuando debería ser solo jefe del gobierno, el jefe del Estado debe ser el pueblo, depositario de la soberanía popular, a través de instituciones públicas plurales y equilibradas.
Al tema, Venezuela está urgida de un liderazgo ajeno a las megalomanías y a la militarización de lo civil, elementos que se han traducido en tragedias políticas, económicas y sociales a lo largo de nuestra historia, que deben ser superados urgentemente por el fortalecimiento de nuestro proceso de descentralización, desconcentración, por la consolidación de las regiones, las localidades, así como por el fortalecimiento de la participación ciudadana, desinfectándola de la lúgubre partidización bajo espectro del rentismo gubernamental.
Chávez y Maduro terminaron de asesinar la descentralización (que ya venía cojeando) alegando una feudalización de las regiones, al respecto develamos semejante maniobra: cómo pretender evitar esa feudalización creando autoridades (militares la mayoría de ellas) nombradas a dedo por el presidente ¡Es ilógico! al contrario, se afianzó mucho más, todo ha respondido a un proyecto que en nada tiene que ver con una visión de Estado, sino a una muy clara visión de retención del poder. Es por eso que recalcamos la necesidad de superar líderes megalómanos. Es necesario comprender lo único que hace falta para desarrollar las localidades, las regiones, el país en general, es la transparencia en el manejo de nuestros cuantiosos recursos ¡Eso si! direccionarlos a nuestras necesidades sentidas, a nuestras potencialidades… no a caprichos de “Líderes de Estado” sobredimensionados.
Venezuela necesita un liderazgo responsable, es decir, que no haga de las excusas la principal bandera de su discurso, su estandarte comunicacional. Un presidente debe ser alguien que desde el momento de sentarse en Miraflores asuma como propios los problemas existentes, trabaje para remediarlos. El haber aceptado que nuestros primeros mandatarios utilicen válidamente un inacabable repertorio de excusas (que insultan el raciocinio) es otro factor que debemos superar para siempre ¡Quien no cumpla debe ser depuesto!
Necesitamos un liderazgo que sienta y le duela sus conciudadanos, que la importación sea un último recursos apelable, o sea, que apoye irrestrictamente lo “Hecho en Venezuela”, que no limite, racione, ni condicione las también inacabables capacidades y talentos de los venezolanos.
Necesitamos un liderazgo que abandone para siempre la perversa manipulación de los más necesitados, que sepa diseñar políticas sociales reales, que conlleven la superación de la pobreza, que los transforme en ciudadanos independientes, desclavizados de presuntas ayudas gubernamentales que los manipula electoralmente, que haga de la educación y el trabajo la principal fuente de riqueza de este desaprovechado país.
@leandrotango
