ALEXANDER GUERRERO E.| EL UNIVERSAL
Venezuela vive el ocaso de un proceso político. El modelo económico del rentismo socialista petrolero trajo una severa crisis económica, la cual se expresa en serias dificultades de pagos, internos y externos, y como subyacente una crisis política, en punto muerto, el gobierno de Maduro, radicalizado no podría resolver ni la crisis fiscal ni la de balanza de pagos, caracterizada ésta por una crónica escasez de divisas. En esas condiciones sería poco menos que imposible el retorno al mercado de deuda para adquirir "dinero fresco". El gobierno responde con amenazas, represión y radicalismo en lo económico, en un discurso hueco, sin concepto, difuso y suicida. Todo en manos de una mediocre administración fiscal y monetaria en un entorno institucional volátil e inestable. En lo económico, la gente sobrevive en medio de escasez, bienes y dólares; los precios en el umbral hiperinflacionario, cambian semanalmente; maxidevaluaciones, desempleo, inseguridad personal, servicios públicos en ruina.
El momento económico vivió su epicentro hacia finales del 2012 con la muerte de Chávez, quien a la hora de irse dejaría una colosal crisis fiscal y de pagos externos que se manifestó en febrero con la devaluación en 47%. El cuadro político se completaría primeramente con la selección del presidente temporal y luego en las elecciones de abril para elegir Presidente, en un ambiente cuasi-fascista donde el candidato del gobierno se presentó como candidato del Estado. El proceso electoral devino en fiasco, viciado y bajo acusación de fraude por H. Capriles, candidato opositor, quien solicito auditoría, sin recibir la respuesta adecuada por parte del CNE. Ello ha creado un entorno de ilegitimidad del Presidente juramentado, quien no posee el pleno espectro de legitimidad, por ejemplo, en la ampliamente aceptada legitimidad de Max Weber; no posee el carisma, tampoco legitimidad política, y finalmente una legitimidad legal cuestionada por una elección impugnada por la oposición. El impacto de esta legitimidad cuestionada ha sido brutal en lo económico, la posibilidad de accesar mercados de deuda se aleja; Pdvsa recibió días atrás una desmejora en sus niveles de riesgo, no podrá emitir deuda.
El Presidente juramentado no comprende la magnitud del problema, su discurso económico es suicida, lejos de crear condiciones para un ajuste natural de precios y reglas que devuelva confianza a la inversión, asume un radicalismo absurdo, que le impide reconocer que la crisis de pagos traerá maxidevaluaciones e hiperinflación acentuando la contracción de la economía. Las crisis fiscal y de pagos externos, es el "llegadero" natural de la irresponsable expansión fiscal, políticamente inducida; el gobierno se come la gallina de los huevos de oro descapitalizando a Pdvsa y exprimirla fiscalmente. Por ello Pdvsa desinvirtió, con el resultado esperado de una presión fiscal que reducirá producción de petróleo a unos 2.4 MBD.
La descapitalización de Pdvsa fue "compensada" con flujos masivos de endeudamiento externo para financiar gasto social, debilitando su posición financiera y coadyuvando la caída de la producción de petróleo. Pdvsa importa hoy gasolina para el mercado local y el contrabando un 10% de sus exportaciones. El colapso fiscal es entonces un escenario a considerar en cualquier análisis de coyuntura. Subyaciendo a ese escenario petrolero, hay que acotar que por intereses geopolíticos para la defensa de la revolución, se firmaron acuerdos multi y bilaterales, mercantilistas, opacos y rentistas destinados al canje de petróleo por obras, vitualla diversa, pérdida de soberanía (Cuba), con Brasil, Argentina, Uruguay, Nicaragua, Bielorrusia, todo lo cual ha contribuido a la caída del ingreso fiscal petrolero.
Al perder Pdvsa el mercado de deuda en dólares en 2011, apeló al canje de papeles por financiamiento directo del BCV, papeles de deuda que eventualmente terminarán en los hornos junto a los billetes viejos y en desuso. En realidad, es un financiamiento monetario inflacionario al gobierno, Pdvsa es solo un camino verde, la caída de la renta petrolera la compensa así el BCV imprimiendo dinero. La crisis fiscal y de reservas internacionales producida por la caída del ingreso fiscal petrolero y por menor venta de divisas de Pdvsa al BCV, tienen entonces el mismo origen; ello explica las maxidevaluaciones del 47% y del 100% -subasta- y los rezagos en Cadivi, los cuales ya sobrepasan los seis meses, con lo cual el dólar a 6.3 es solo una quimera.
La contracción en curso de (-8%), una inflación esperada superior a 45%, un nivel hiperinflacionario, con cierre de puestos de empleo por la desinversión del sector privado debido a la escasez de divisas, y maxidevaluaciones subsiguientes en camino, tendrán un fuerte impacto social y político, el gobierno lo sabe y por eso corre hacia adelante radicalizando el discurso sin tomar medidas racionales, pero como con la orquesta del Titanic, le pone música de fondo a un radicalismo suicida, el mejor récipe para un hundimiento.
Economist, PhD. (London University)
www.alexanderguerrero.com
@AlexGuerreoE
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