JOSÉ DOMINGO BLANCO (MINGO) | EL UNIVERSAL
Solo le faltó decir que el apagón del martes formaba parte del plan para matarlo. Aunque, no me extrañaría que, en pocos días, aseguren que la falla eléctrica no fue más que otro intento de magnicidio, detectado gracias a los servicios de inteligencia; ese mismo grupo de agudos sabuesos que hace poco "desenmascaró" a los gringos que, mientras invadirían Siria, lo asesinarían a él y a su compinche Diosdado, todo al mismo tiempo, en un plan orquestado desde el Norte y con el aval de Álvaro Uribe. Otra historia de esas bien truculentas, como las que acuñan los incapaces de este desgobierno para justificar sus incompetencias -evidentes, públicas y notorias- en el manejo de los sectores vitales para el país.
El asunto es que, sin mayores averiguaciones, a escasas horas de ocurrido el apagón, Maduro lanza la perla por Twitter: "a esta hora todo parece indicar que la extrema derecha a (sic) retomado su plan de Golpe Eléctrico contra el país. Alerta y Activos los Venceremos". Así, con su errorcito ortográfico, Nicolás lo escribió en su cuenta y señaló, de una vez, a los culpables. Primero dispara y después investiga –y sin luz-; a mi juicio, una reacción muy irresponsable, incluso contraproducente, porque deja en evidencia, de nuevo, su ineficacia y la de su tren ministerial para evadir y evitar los supuestos ataques desestabilizadores de sus enemigos. Entonces, ¿quiénes son los culpables del apagón? ¿Los mismos opositores que explotaron a Amuay? ¡Qué fácil es echarle la culpa a otros! Obviamente, Nicolás no puede recurrir a la salida más fácil, esa de atribuirle la responsabilidad del destrozo del aparato productivo e industrial de nuestro país al gobierno que lo precedió, que viene siendo su propio gobierno; porque, lamentablemente, éste no es más que la continuidad –una copia chimba, nociva y tóxica; pero empeorada- del anterior -que también fue bien chimbo, bien nocivo y bien tóxico.
Maduro hubiera quedado como un gran estadista si en vez de decir sandeces –como las que puede esgrimir un monigote cuando quiere deshacerse de las responsabilidades- convoca a los expertos de los distintos sectores para resolver la contingencia. La prioridad es el país, son sus ciudadanos quienes al final, somos los verdaderos afectados; y somos los que padecemos las consecuencias de una gestión nefasta, incapaz de brindarnos un mínimo de calidad de vida. Un verdadero gerente, reúne a los mejores, vengan del sector que vengan, escucha soluciones y las pone en práctica.
Durante el apagón, Nicolás sí debió dar la cara. Y Jesse Chacón también; pero, para decir qué estaba pasando y cómo lo iban a resolver. No para acusar a la "extrema derecha" de desestabilizadores. Si Maduro y sus acólitos sospechaban lo del sabotaje eléctrico, ¿eso no los hace cómplice del mismo? Más aun cuando los lugares donde se encuentran las plantas de generación son zonas de seguridad custodiadas por militares leales al gobierno.
De nuevo se pusieron en evidencia las sostenidas deficiencias del sistema eléctrico nacional. Todos sabemos que los apagones son bastante recurrentes en diferentes estados del país; pero, pareciera que una cosa es el interior, y otra muy distinta es la Gran Caracas; porque resulta que, desde hace tiempo, los inexpertos que manejan Corpoelec vienen maniobrando para que los cortes de luz no aterrizaran en la capital de la República. Ni de vaina permitían que las suspensiones eléctricas que, consuetudinariamente padecen en el interior, ocurriesen en Caracas. ¿Por qué no dicen que Corpoelec forzó la capacidad de las líneas de transmisión en un intento por detener el gigantesco apagón que se nos venía encima? ¿De qué ha servido el casi permanente racionamiento eléctrico decretado por el Gobierno? ¿A los bolsillos de quiénes habrán ido a parar los recursos designados para la recuperación del sistema?
Nicolás dijo que era un golpe eléctrico contra el pueblo. Esto que ellos manosean tanto y que llaman pueblo fue el que padeció las consecuencias del apagón nacional. Cómo me hubiera gustado ver a Nicolás, en pleno Chacaíto, en medio del bululú, desesperado buscando un mototaxi para llegar a Miraflores, como le ocurrió a centenares de ciudadanos que tuvieron que bregar por un medio de transporte alternativo al Metro. Ese caos, esa desesperación no la vivió ni de cerquita el primer mandatario.
¡Cómo añoro el país de K-listo y "su apriétame la nariz", el célebre personaje de La Electricidad de Caracas! La campaña para el ahorro de energía que emprendió la EDC fue tan exitosa, que el consumo disminuyó más de lo que tenían previsto impactando los ingresos por facturación y obligándolos a retirar la campaña.
En un país serio, a raíz de un evento de esta magnitud, Jesse Chacón, uno de los comodines preferidos de Chávez y Maduro, tendría que haber renunciado. Pero esto es lo que hay: Maduro y su gobierno, "se apagan" y se dan el vuelto.
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