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jueves, 17 de octubre de 2013

El peso del fracaso. Por Orlando Ochoa


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El crecimiento del crimen organizado es facilitado por las distorsiones cambiarias

ORLANDO OCHOA P. | EL UNIVERSAL

La magnitud del problema cambiario de Venezuela, con sus aristas fiscales, monetarias, petroleras e ideológicas (Socialismo del siglo XXI), lo hace imposible de resolver, sin un plan económico coherente para levantar el control de cambio. Esto a su vez exige reorganizar el sector público y alcanzar un presupuesto balanceado; lo cual debe ser acompañado del cierre definitivo de financiamiento del gasto deficitario del Gobierno Central, CVG y Pdvsa por parte del Banco Central de Venezuela (BCV). Finalmente se requiere de un proceso de eliminación de obligaciones financieras y políticas de la Pdvsa mal conducida por Rafael Ramírez, de manera de elevar el suministro de divisas de la estatal petrolera de 45-50% actual, a un 80% al menos, al BCV. Hacer todo esto es una maniobra política, económica, financiera y petrolera de gran escala, que lleva explícitamente a reconocer que la conducción económica y petrolera bajo Hugo Chávez, continuada por Nicolás Maduro en 2013, tenía sólo el propósito de usar los recursos nacionales para transferencias y subsidios a consumidores, empresarios (Cadivi y créditos baratos) y empresas públicas socialistas; esta economía distorsionada, ha acumulado deuda pública y otros pasivos por más de $250.000 millones. El objetivo final era ganar elecciones por varios años y postergar las consecuencias nefastas. Finalmente estas llegaron.

La entrega fraudulenta de divisas y los contratos de obras pagaderos en dólares permitieron desarrollar a lo largo de los años una enorme corrupción cambiaria, civil y militar, con chavistas y opositores. Además, con la alta inflación causada por el gasto público y su financiamiento monetario del BCV, la sobrevaluación del bolívar oficial, el alza en el mercado paralelo, unida a las expropiaciones socialistas, llevaron a disminuir la producción nacional y a elevar las importaciones. Las consecuencias institucionales y morales, aunque menos tangibles, son más duraderas en sus daños sobre la sociedad venezolana. El crecimiento del crimen organizado es facilitado por las distorsiones cambiarias y la impunidad que ha prevalecido. El fracaso económico y político pesa mucho ahora para 2014. El legado de Hugo Chávez incluye atender mejor a los pobres, una secuencia de victorias electorales pero también un gigantesco daño económico y moral a Venezuela.

Twitter: @orlandoochoa

www.pensarenvenezuela.org.ve


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