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domingo, 20 de octubre de 2013

¿Funciona ideologizar textos escolares?. Por Luis Vicente León


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Los hogares se convierten en los principales centros de equilibrio y blindaje ante este intento

LUIS VICENTE LEÓN | EL UNIVERSAL

Un periodista me llamó esta semana para consultar sobre la ideologización política de los niños a través de los textos escolares.

Comparto con ustedes mi opinión: En efecto hubo un fuerte debate sobre los libros editados por el Gobierno para regalar en las escuelas públicas, donde se presentan "odas" al presidente Chávez y a la revolución bolivariana y se endiosan las políticas publicas del régimen y la relevancia de la revolución para el país. Es un intento de colocar el tema en la mente de los niños y crear la idealización del "comandante supremo" y de su proyecto político; una estrategia que ya había sido usada por algunos países como Cuba con sus "héroes", para realzar e internalizar su proceso políticos.

No puedo decir que ésta sea una estrategia nueva en nuestros país, ni exclusiva del chavismo. Fui educado con el ensalzamiento de los líderes que habían logrado la instalación de nuestra democracia. Me crié seguro de que la nuestra era la democracia más vieja, sólida y pura de la región. Que era un proceso irreversible. Que el 23 de enero era una fecha patria, casi tan importante como el 5 de julio y que Rómulo Betancourt dejaba pálido al mismísimo Jefferson y los padres fundadores de la democracia norteamericana. No solo lo aprendí en el cole, sino en mi casa, blanca por dentro y por fuera. Pero debo reconocer que eso se leía en los libros de historia y de cívica o se discutía en momentos muy especiales y nunca entre los senos y cosenos de mi libro de matemática, ni recuerdo haber visto la cara del "padre" de la democracia, en marca de agua, en la foto amplificada del encuentro entre un óvulo y un espermatozoide, en el libro de puericultura.

La revolución, sin embargo, se va de palo. Los intentos de sembrar sus símbolos (los reales y los inventados) en los niños ya tiene varios años. Cambios curriculares con sesgos revolucionarios. Creación de materias nuevas vinculadas al tema político y militar, que para ellos significa solo revolución, la reinterpretación sesgada de la historia política reciente, para desprestigiar a sus adversarios, siguiendo la clásica estrategia egipcia, donde un nuevo Faraón destruía estatuas y dibujos en piedra de algunos predecesores, incluso de su padre, para evitar la competencia de otros "dioses". Llegar incluso la incorporación el tema de Mercal y Pdval en un libro de álgebra (me imagino la cara de Baldor, con turbante y todo), son solo algunos ejemplos del intento.

Pero el éxito ha sido moderado, por no decir negativo. El primer bloqueador han sido los propios maestros, quienes al igual que el país en general, están divididos y no es posible obligarlos a usar el material sesgado en sus clases y mucho menos promover el tema. No pasa ni siquiera con los maestros chavistas, pues su formación personal los lleva a concentrarse en el corazón de sus materias y difícilmente en rebotadores doctrinarios. Por otro lado, los hogares se convierten en los principales centros de equilibrio y blindaje ante este intento.

Los resultados hablan por sí solos. En el grupo de personas que apoyan al Gobierno, no destacan los jóvenes de 18 a 24 años por encima de otros grupos y, al revés, podríamos decir que quienes han vivido casi toda su vida consciente con gobiernos revolucionarios, son los más escépticos a su propuesta ideológica (y también a la de la oposición, si es que esa propuesta alternativa realmente existe).

El éxito de Chávez era su conexión personal y su carisma, no los intentos de ideologizar muchachitos(a)s y dudo que ahora alguna de esas variables vaya a ser de mucha ayuda para blindar al Gobierno de ser evaluado por su gestión más que por sus peroratas, por cierto, bastante malas las dos.

luisvleon@gmail.com

@luisvicenteleon


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