TOMÁS SOCÍAS | EL UNIVERSAL
Hace poco más de tres meses, un miembro del Gabinete Ejecutivo afirmó que "Venezuela es un destino chévere", en referencia al supuesto incremento del turismo nacional e internacional. Decimos supuesto, porque por el camino que vamos, ese destino "chévere" está dejando de serlo y por las razones más peligrosas que puedan ser.
Se trata de la situación del país frente a las líneas aéreas que están a punto de dejarnos completamente solos y aislados del mundo, siendo como somos, la puerta de América del Sur.
Me pregunto: ¿en qué momento dejamos de ser uno de los principales destinos del turismo europeo de esta zona del continente? Y esto que nuestra infraestructura nunca ha sido de las mejores y hay que decirlo.
Solamente con el conflicto con las líneas aéreas, todas las alarmas del Ejecutivo debieron encenderse, pues estamos hablando de la imagen de Venezuela ante el mundo.
Desde la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) reportan que han enviado misivas al presidente Nicolás Maduro, a quien le pidieron reuniones urgentes para tratar el asunto, ante el peligro de que literalmente las puertas se cierren para nuestro país.
Los contactos del gremio de las aerolíneas con diferentes ministerios y lo que era Cadivi, nunca dieron resultados y se llegó a este punto tan crítico que significa la posibilidad de que Venezuela pierda su conectividad aérea.
A las aerolíneas simplemente les han bloqueado los fondos y por esa razón, varias de esas empresas, a pesar de que llevan décadas en el país, han tenido que tomar la decisión de irse o suspender su servicio a Venezuela.
Nuestro país no es una isla. Miles de personas deben y tienen que viajar constantemente desde y hacia Venezuela y poco a poco a la sensación de ahogo se apodera de quienes tienen la necesidad de viajar, sea por el motivo que sea.
Hasta ahora, las aerolíneas han recibido solamente promesas por parte del Ejecutivo, cuyos representantes han dicho que les van a pagar, pero mientras esto no ocurra el panorama es realmente oscuro.
Además de la pérdida de conectividad aérea del país, se encuentran en riesgo 250 mil empleos del sector turismo que no solamente afectan a estas personas directamente, sino a familias enteras y en varios casos hasta a poblaciones enteras que esperan por los turistas para subsistir, como el caso de Margarita, por ejemplo.
Entre tanto, las cifras oficiales del Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex) reportan que para el sector aerolíneas se han aprobado 90,6 millones de dólares, este año, lo que representa una baja de 38,6% en comparación con el 2012, porque no hay estadísticas del año pasado.
Actualmente la deuda con el sector es de 4 mil millones de dólares y por esto es que las empresas han tenido que reducir sus operaciones.
A pesar de las promesas, el Gobierno todavía no ha pagado la deuda y la tardanza afecta las operaciones de las empresas, por lo cual simplemente se reducen las operaciones y se mantiene cerrada la venta de boletos para no acumular más deudas.
Las aerolíneas "no piensan irse del país", dicen algunos representantes del sector, pero el solo hecho de bajar el ritmo de los viajes ya afecta a gran cantidad de personas, como dijimos anteriormente y lo repetimos, porque no es un juego.
En el Ejecutivo le han dejado el asunto al responsable del asunto que es nada más que el vicepresidente para el Área Económica, Rafael Ramírez. Entonces, el llamado es al ministro, quien sabemos cuenta con un equipo técnico que ha sido eficiente para resolver varios problemas. Esperamos que en este caso, la solución esté a punto de llegar.
tsocias@cantv.net
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