MIGUEL BAHACHILLE M. | EL UNIVERSAL
Los medios informativos estatales no requieren de pesquisas periodísticas profusas para reseñar lo que ocurre en el país. Basta con copiar la edición de cualquier periódico suizo, oír las alocuciones del presidente o de algún oficialista "de rango", usarla como "versión propia", para cubrir sus crónicas. Así pues en Venezuela no sucede nada distinto de las bondades del socialismo del siglo XXI. Para esos medios no existe escasez, devaluación, corrupción, inseguridad, asesinatos, robos, represión, malos servicios públicos, huecos en las calles, acumulación de basura, ni siquiera un perro muerto en las vías. ¡Todo excesivamente normal! ¡Qué aburrimiento!
Bajo un invariable patrón, los medios del gobierno crean, refinan y procesan imágenes deterministas para intimar con la masa tratando de fijar conductas colectivas acordes con el subrepticio "socialismo del siglo XXI". Sin embargo de éste sólo se sabe, porque lo sufrimos a diario, cómo ha causado la más estrepitosa destrucción del aparato productivo en los últimos 120 años. Para el vecino común obligado a hacer colas para todo, las imágenes "helvéticas" divulgadas a diario ya no lo seducen y, por contrario, le agravian por carecer de valor político y acierto productivo.
Mientras el esfuerzo gubernativo se concentra en promover fragmentos de la doctrina marxista, en Cuba se ha iniciado un proceso de regresión hacia el capitalismo y la economía de Mercado. Las masas criollas, contrario a la tesis oficial, jamás se amoldarán a la penitencia de la carestía e inseguridad. Tampoco lo harán ante un objetivo político restrictivo e interventor. De allí que las encuestas revelen un estrepitoso derrumbe de apoyo al gobierno.
El país feliz de plétora y paz gracias al socialismo no existe o se hace invisible para el común. Por el contrario, el desengaño agrupado está cercenando la concordia y el aliento de la mayoría humillada en las largas colas. Asimismo a los manipuladores de medios les está resultando muy difícil racionalizar 25.000 crímenes al año; uno cada 2 horas (Observatorio Venezolano sobre la Violencia). También se les dificulta justificar el visible descosido del tejido social causado por una crisis económica que apenas comienza. ¡No, la masa no está feliz con lo que "le dan"!
El argumento de "los horribles 40 años del puntofijismo" está en desuso porque la comparación desfavorece al régimen de manera categórica. Ello no implica que debamos ignorar la historia. Por el contrario, hay que evocarla para deliberar sobre sus fallas y éxitos. Los aciertos entre 1958 y 1998, motivador de grandes avances en materia de educación e infraestructura, por sólo citar dos, deja mal parada la propaganda de "los neo patriotas" aspaventosos.
Concentrase en resaltar los defectos de sociedades capitalistas a través de los profusos medios vigilados por el gobierno para elogiar el socialismo, se inscribe en la faceta de asesores izquierdosos y de comunistas cubanos para ocultar las realidad opresiva que día a día se instituye en Venezuela. La escasez, por ejemplo, pretende ser ocultada con subterfugios que denigran de la libre empresa mientras se critica el consumo individual.
¡Sí, sí hay problemas y muchos! Sin embargo los medios oficiales, actuando como apoderados de conciencias, persisten en negarlo. "El conflicto, cuando florece, es un asunto personal que no puede achacársele al gobierno". Que la figura de "buenos y malos" había desaparecido en esta revolución. Todos yacíamos felices durante 15 años hasta que reaparecieron los "malos" (los otros) como la MUD. ¿Seguirá la prensa omisa copiando periódicos suizos para referir lo que ocurre en Venezuela? La realidad de nuestras calles reflejan otra cosa: "tribulaciones y muy feas".
miguelbmer@gmail.com
@MiguelBM29
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