...no permitir que desvíen el foco de donde tiene que estar: ganar una elección
LUIS VICENTE LEÓN | EL UNIVERSAL
Las inhabilitaciones administrativas de candidatos opositores son, desde mi perspectiva, una violación de los derechos políticos y constitucionales.
No soy persona de solidaridades primarias. Todos somos sujeto de investigación y ser opositor o chavista no indica, por definición, ser bueno o malo, inocente o culpable.
No estoy aquí analizando el fondo de las acusaciones oficiales contra los inhabilitados. No conozco los hechos que supuestamente las fundamentan; no soy investigador privado, ni Juez con los elementos en mano, ni siquiera soy cercano a los acusadores o a los acusados, con acceso a sus argumentos y pruebas. Pero sí me considero una persona justa y comprometida con la democracia y los hechos frente a nosotros me hacen pensar que esto no es más que una manipulación oficial, para reducir el peligro evidente de perder las parlamentarias, al menos en términos de votos.
La ley indica que todas las personas son inocentes hasta que se demuestre lo contrario y eso es lo que no se ha respetado aquí, cuando un funcionario, obviamente vinculado al chavismo, decide sin juicio, ni participación de la sociedad, ni jurado, ni contraste de pruebas, ni Tribunal, ni apelación, que un grupo de adversarios electorales de su corriente política son culpables de lo que sea y le impide participar en una elección donde "casualmente" esos inhabilitados son favoritos contra los suyos. Que además lo haga contra actores políticos que ya habían sido seleccionados como candidatos de la unidad opositora para provocar dentro de ella fricciones y riesgos de división. Que los seleccionados provengan de grupos con posiciones más duras que podrían terminar en descalificaciones públicas al proceso electoral, buscando estimular la abstención e incluso acciones de protesta que puedan ser usadas para crear ambiente de emergencia, que se convierta en oro en polvo para bloquear un proceso perdido. Que le añadan el cambio compulsivo de directorio de Copei para presionar peleas internas sobre los candidatos ya seleccionados de esa tolda, generando mayores tensiones de división. Que las decisiones administrativas no incluyan candidatos ya seleccionados por el PSUV que, por cierto, controla la mayoría de los puestos de poder del país y que, incluso por probabilidades estadísticas, representa un mayor riesgo para potenciales investigaciones, irregularidades e inhabilitaciones de este tipo, solo puede generar frustración y rabia en los afectados y sus seguidores.
Entiendo entonces las posiciones de algunos de ellos que señalan que es inaceptable participar en una elección sesgada y antidemocrática, en la que el Gobierno decide quien puede y quien no ser candidato contra él.
Pero es aquí donde la oposición en su conjunto debe ser más inteligente que su adversario. Un juego de dominó ganado no se tranca y menos cuando es el jugador en aprietos quien te provoca para hacerlo. Más allá de las razones legales y filosóficas y de la reacción inicial que puede generar el abuso del que eres sujeto, la mejor forma de defenderse es no dejarse manipular; no permitir que desvíen el foco de donde tiene que estar: ganar una elección para la que, por ahora y si lo haces bien, eres favorito. No desperdiciar la ventaja numérica que tienes y sacrificarte por el futuro, poniendo ese sacrificio como motivador simbólico a la participación. Usarlo como estimulante para que la población castigue el abuso de poder participando más y, sobre todo, canalizando tu energía en demostrar que puede haber un país mejor donde se respeten los derechos y se cumplan los sueños. Por eso no vale la pena que te inhabilites tu: Denuncia, sustituye y vota.
Luisvicenteleon@gmail.com
@luisvicenteleon
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