¿Qué hubieras respondido hace 20 años antes de que pasara... lo que pasó?
LUIS VICENTE LEÓN | EL UNIVERSAL
Todos los días me preguntan: ¿Hasta cuándo la gente aguantará la crisis pasivamente? ¿Cuándo explotan?
Como he manifestado antes, no veo un escenario estable que arranca desde un cambio radical, pues el paso siguiente es un chavismo en la otra acera, que sintiéndose desplazado y amenazado, sin acuerdos ni garantías, se convertiría en un dolor de cabeza y un bloqueador clave a los avances del cambio. Si analizamos también la fuerza de la oposición para canalizar un evento de ese tipo, habría que concluir que la probabilidad es baja y nada garantiza que, ocurriendo, sea la oposición quien lo capitalice. Al final podría terminar cachicamo trabajando pa'lapa.
Pero ninguna de estas cosas responde la pregunta inicial, que ahora replanteo condimentada por mí: Obviando la capacidad opositora para provocar un evento exitoso de cambio radical (que considero baja) y dejando de lado el hecho de que si ese cambio ocurriera, su probabilidad de estabilizarse tampoco es elevada, ¿por qué la gente no ha explotado espontáneamente, como producto de la crisis severa que vive y cuánto más debe empeorar el país para que eso ocurra, entendiendo que el análisis de conveniencia política es irrelevante para una población que se encuentra dramáticamente afectada?
No tengo una respuesta. Podrían ser los compensadores del gobierno a través de sus misiones o la redistribución empírica de ingresos que representa el bachaqueo o la fuerza del legado de Chávez o la debilidad del liderazgo alternativo o el miedo a la represión, quizás incluso todas las anteriores. Pero nada de esto nos protege con seguridad de que cualquier chispa que se produzca, por el más inesperado evento cotidiano, prenda el candelero, como aquel que me recordó recientemente Ángel Alayón, refiriéndose a cuando Mohamed Bouazzi se incendió a sí mismo y a toda la primavera árabe desde Túnez. Por cierto, con un inicio esperanzador pero con el final desastroso que hoy vemos en toda esa región. Pero, ¿y sí no se incendia? ¿Si el punto de resistencia es más alto del que muchos creen?
No estoy proyectando. Simplemente quiero retar la proyección lineal de muchos otros que ven un sólo desenlace. Supongamos que retrocedemos 20 años y que alguien les pregunta a ustedes mismos, viviendo en esa época: ¿qué crees que pasaría en este país si el gobierno permite que la infraestructura colapse, hayan restricciones diarias de agua y luz; la gente tenga que hacer siete horas de cola para comprar alimentos; hubiera que jalar mecate por todos lados para conseguir la medicina que necesitas tú o tu familia para sobrevivir o pagas por ellas en dólares para que te la traiga un puerta a puerta, considerando que el tipo de cambio paralelo es miles por ciento más alto que el mercado oficial; que las empresas transnacionales deciden retirar a Venezuela de su contabilidad y asumen pérdidas mil millonarias para evitar que su actividad en el país genere un efecto devastador sobre el valor de sus acciones en las bolsas internacionales, como si del Ebola se tratara y, finalmente, la capacidad de producción del país se pulveriza por expropiaciones e importaciones públicas ineficientes y corrompidas y la respuesta oficial es controlar e intervenir más, mientras hostiliza a diario a las pocas empresas privadas relevantes que todavía quedan produciendo.
Te repito la pregunta: ¿Cuánto tiempo hubieras creído que duraría ese gobierno? ¿Cuándo hubieras proyectado que explotaría la gente? O valdría la pena agregar un set adicional: ¿Serían capaces de habituarse? ¿Es posible que el país se hiciera más primitivo y con él también su gente?
¿Qué hubieras respondido hace 20 años antes de que pasara... lo que pasó? Sin comentarios.
Luisvicenteleon@gmail.com
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