Johnny Zafra / Banca y Negocios
Entre las medidas de ajuste macroeconómico aplicables a economías en desequilibrio, se encuentra la flexibilización o eliminación de los controles cambiarios, con el fin de reflejar la real relación entre la tasa de inflación domestica y la de aquellos países con los cuales el país establece una potencial relación comercial. Ello con miras a mostrar un precio competitivo del producto de exportación en los mercados internacionales, manteniendo por supuesto, las ventajas comparativas y competitivas.
Por ende esta medida financiera permite hacer competitivas vía precio, a las exportaciones no tradicionales, y mejorar la balanza comercial del País, ya que los ingresos por exportaciones se incrementa y disminuye por su lado las importaciones, mejorando en parte, en el mediano plazo el saldo de las reservas internacionales.
Ahora bien, este tipo de medida debe estar acompañada de una liberación de las tasas de interés, las cuales deben acercarse al nivel de la tasa de inflación anual del País en cuestión; esto es, las tasas de interés deben llegar a un nivel real positivo con respecto a la tasa anualizada de inflación. Esta medida financiera busca evitar un desequilibrio en el mercado monetario, ya que si se libera el tipo de cambio aisladamente, se origina un flujo de dinero que saldría de las instituciones bancarias en moneda nacional, con el fin de adquirir moneda extranjera de libre convertibilidad, y por ende causa un desequilibrio en el mercado monetario.
Al combinar estas dos medidas financieras simultáneamente, se frena parcialmente el ímpetu inicial de conversión de moneda nacional por moneda extranjera en el periodo de transición del ajuste, evitando el desequilibrio monetario antes mencionado.
Por supuesto, estas medidas descritas deben formar parte de un plan estructural de ajuste que permita diversificar las exportaciones.
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