Alexander Cambero / Noticiero Digital
Con la anuencia del CNE, preparan la receta que nos conduzca a una nueva decepción. El referéndum revocatorio es el mayor desafío que tiene la revolución frente a su futuro, impedirlo al costo que sea, es la tarea que se proponen. Para los regímenes totalitarios quedar desnudos ante la evidencia es un prueba que no les gusta realizar, siempre optarán por la gesta emancipadora. Así a sus pueblos se les deslice el hambre en el universo de sus estómagos estremecidos, la revolución es la máxima inmolación. Morir en la hoguera sin que la sangre de la dignidad se humille ante el verdugo, es premisa de los cuentos fantasmagóricos de la izquierda monástica.
Por otra parte, el recurso constitucional que los brindó ante el mundo como una democracia es hoy su peor carcelero; huyen de lo esbozado en nuestra Carta Magna para impedir que las mismas desmenucen las débiles bases de un proceso que naufraga. Les duele la tipificación del mecanismo referendario como expresión de salud democrática, su drama es no poder liquidarlo de plano ya que terminarían exhibiendo la horripilante cicatriz de autócratas. Por eso crean la fórmula secreta de sabotearlo sin negar su pertinencia jurídica. Primero ponen una gran cantidad de pasos que imposibiliten su realización. ¿Qué buscan con ello? Crear zozobra en la población dando la sensación de que es imposible derrotar al gobierno, que es preferible resguardar la vida y los pocos beneficios que se pueden obtener quedándose quieto en sus casas. Hacen circular la idea del riesgo que corren si prosiguen con el plan de enfrentarlos. Todos los comentarios llegan a sus oídos producto de la complicidad de compañeros de trabajo, nadie está exento de ser descubierto; son las célebres tretas del sistema de espionaje comunista en sus fases de esplendor. Chantajean con el hambre y permanencia en las fuentes de trabajo, saben mostrarles lo que les puede ocurrir si persisten. Aprietan el gatillo del revolver procedimental del CNE para colocar pasos cada día más difíciles de cruzar. La oposición la asemejan a un grupo de bañistas empapados de sangre atravesando a nado un gran río amazónico infectado de pirañas y cocodrilos.
Otra que buscan viabilizar es despertar las contradicciones entre el universo opositor. Que el cuestionamiento a las decisiones de la MUD descalifique a sus dirigentes y lo hagan quedar como negociadores con el régimen o simples cobardes que dejaron a sus seguidores solos; quieren que renazca el espíritu del año 2014 para utilizar la carta de la violencia que rociaran con el combustible de su red propagandística. Cuando deciden poner condiciones aún más duras ¿Qué planean? Sencillamente dos formas de entender el drama: caer en la desesperanza y frustración y por otra motivar un tipo violencia que luche contra el régimen para hacer el juego de la pelota, pero llevándose a la dirigencia opositora en los cachos; la misma confluencia de organizaciones políticas que los aplastó el seis de diciembre y que exhibe a sus principales líderes encabezando todas las encuestas. Ese es el meollo del asunto, el régimen sabe que unida la oposición sus posibilidades son nulas. Como colofón acepta el referéndum con estas condiciones: la recolección se hará con el veinte por ciento de electores por estado, y no cómo ocurrió en el año 2004 cuando el mecanismo utilizado fue tomar la muestra nacional y no por entidades. Tenemos que comprender que el objeto del mecanismo referendario es el presidente de la república Nicolás Maduro, no es un gobernador o alcalde de una circunscripción determinada, es el primer mandatario nacional y eso comprende toda la nación. Según la data del corte del Registro Electoral de enero de 2016 es de 19 millones 797 mil 764 electores, siendo el 20 por ciento 3 millones 959 mil 554 personas con derecho a ejercer el voto. Con lograr eso estaríamos cumpliendo ese paso, cuando elegimos presidente se suman votos desde Kavanayén hasta mi bella Duaca. Ese espíritu de la norma debería corresponderse con lo conducente al referéndum presidencial. Solo cinco mil 392 máquinas en la recolección, distribuidas en mil 356 centros ubicados en los 335 municipios del país y desplegados en 776 parroquias. La actividad se llevaría a cabo los días 26, 27 y 28 de octubre, en horario de 8:00 am a 12:00 pm y de 1:00 pm a 4:00 pm (siete horas de jornada) todo cuesta arriba en lo procedimental. Colateralmente actuaran sus grupos violentos cerrando vías, amedrentando y chantajeando para imposibilitar el referéndum en el año 2016, sectores recalcitrantes que se jugaran su última carta. Confiamos en la sindéresis del pueblo venezolano, debemos combinar referéndum y mucha protesta cívica de calle. Que nuestra gente salga a manifestar su repudio al régimen opresor reafirmando y protestando democráticamente. Tenemos frente a nosotros a un gobierno que agoniza: bien tontos seríamos si peleando entre nosotros mismos le damos oxigeno…
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