La pregunta es si el alumno mejorará su nota del 04 que tiene a un 10 que lo haga pasar en la raya
LUIS VICENTE LEÓN | EL UNIVERSAL
Era muy difícil analizar el impacto de las nuevas medidas económicas del Gobierno cuando se habían hecho tantos anuncios que no terminaban en acciones concretas.
Sin embargo, dado que ya se han producidos algunos cambios legislativos y que el proceso de asignación de divisas por vía de subastas comenzó, vale la pena hacer algunos comentarios sobre el tema.
El primero se refiere al marco en el que estos cambios se ejecutan. La economía esta resentida por muchos meses de limitación de divisas, tanto oficiales como de las otras. El resultado de esta sequía era predecible: reducción de importaciones, irregularidad en el abastecimiento, crecimiento exponencial del precio del dólar en el mercado negro e inflación descontrolada.
Muchos han sido los anuncios del Gobierno para atender esta crisis pero lenta su reacción. En todo caso, rescatando las acciones positivas que podrían sacar al país de la crisis creada a finales del año pasado, vale la pena señalar el cambio de poder dentro del gabinete económico, que pasó de las manos de la cabeza de los ideológicos (Giordani) hacia la cabeza de los pragmáticos (Merentes). Esto no puede considerarse un cambio menor. Es obvio que las oportunidades de voltear la dirección del modelo de la profundización marxista, que intenta sustituir al sector privado por la acción "purificadora del Estado", hacia uno de mayor negociación y convivencia con el sector privado, aumenta en cabeza de Merentes. La diferencia entre uno y otro son infinitas, arrancando porque Merentes habla con el sector privado para entender sus problemas y ofrece soluciones a los mismos (aunque con limitaciones políticas para su margen de maniobra), mientras que Giordani ni siquiera los recibía, pues les tiene una alta desconfianza y siente que precisamente son ellos el problema a resolver.
Los primeros movimientos operativos y legislativos que ha adelantado la administración Merentes caminan hacia dos elementos clave: las condiciones para la implementación de un mercado alternativo de divisas, en el que participe el sector privado a través del mecanismo de subastas con enfoque sectorial, y la apertura del mercado a las personas naturales.
Podríamos decir que ambos objetivos son muy positivos... aunque insuficientes.
La estrategia Merentes enfrenta varios desafíos. El primero es cómo manejar una subasta que tenga sentido, considerando que el precio del dólar en el mercado negro es simplemente brutal y que difícilmente el Gobierno permitirá una subasta realmente libre que pueda alcanzar el valor real de la moneda, por temor a la inflación, lo que hará que la demanda de divisas en subasta siga estando sobredimensionada, obligando a un reparto discrecional que corre los mismos peligros que Sitme: ineficiencia en el reparto y convertirse en una excusa para abastecer el mercado negro. Por otra parte, las asignaciones a personas naturales, con un tipo de cambio que seguirá siendo subsidiado, deberán ser restringidas, convirtiéndose más en populismo para viajeros de clase media que en una medida real de apertura cambiaria. Finalmente, mientras no se despenalice el mercado cambiario y se garantice a los inversionistas su posibilidad para repatriar dividendos represados, es imposible caminar al restablecimiento serio de los equilibrios económicos, y los riesgos siguen vivos.
Las medidas que se comienzan a tomar son, sin duda, mejores que las que teníamos hasta ahora y significan un avance positivo que no se debe despreciar. La pregunta es si el alumno mejorará su nota del 04 que tiene hoy a un 10 que lo haga pasar en la raya. Lamentablemente, todavía falta mucho trecho para una nota realmente decente en esta materia.
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