Nelson Bocaranda / Runrun.es
ALTO
MI VERDAD:
Ante la citación que me hizo la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, en calidad de testigo por las averiguaciones de los hechos violentos tras las elecciones del pasado 14 de abril, y donde ella adelantó la “presunción” de que yo hubiera sido el “autor intelectual” de dicha violencia debo reiterar que lo único que hice, en un solo mensaje, fue informar de una anormalidad en un CDI en Maracaibo. Como periodista emití esa noticia y bien es sabido, estudiado e investigado que a dicho centro no le ocurrió absolutamente nada. Si bien es cierto que la Fiscal solo indica mi citación en su tuit el diputado Pedro Carreño en el suyo le añade “por autor intelectual”.
He venido escribiendo sobre el acoso al que me han sometido desde el mismo 15 de abril con campañas pagadas por el gobierno en medios públicos y privados, además de lo que bien es conocido por el país como fue la campaña diaria que desde La Hojilla manejó el “topo cubano” Mario Silva, corroborado en su conversación con el agente cubano y en los cientos de correos que www.Analisis24.com presentó. Además de la grabación de Wilmer Ruperti donde la desesperación por buscar mis fuentes -sobre la verdad que compartí con todos en torno a la enfermedad del presidente fallecido- quedó demostrada por enésima vez.
Estando de viaje en un compromiso profesional fue un vecino quien recibió la citación a la que pienso asistir apenas consiga un asiento ya que por haber sido el pasado fin de semana un puente vacacional los cupos aéreos se han puesto difíciles. Reitero que solo informé de un hecho cierto sin consecuencias y para ello quedar demostrado nada mejor que la crónica del diario La Verdad de Maracaibo del día 21 de abril de 2013 escrita por la colega Luzmila Mejía Smith bajo el título: “Los 11 CDI de Maracaibo están intactos tras el 14-A”, La Verdad constató que los 11 centros presuntamente atacados en el Zulia permanecen en perfectas condiciones…. Los Centros de Diagnóstico Integral (CDI) aparecen de forma reiterada en los discursos de Nicolás Maduro, presidente de la República, por sufrir de ataques a manos de las “hordas” opositoras…El acto de juramentación, celebrado el pasado viernes, no fue la excepción, aun cuando un recorrido realizado por periodistas y observadores internaciones demostró que los CDI mencionados por el mandatario, y previamente en Twitter por Ernesto Villegas, ministro de Información, no registran signos de violencia…la Defensora del Pueblo Gabriela Ramírez en función de desmentir al Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea) tildó a esa organización como una “retaguardia del fascismo” por certificar que era una falsedad la destrucción de estos centros. Pero en el Zulia, los 11 ambulatorios presuntamente embestidos por grupos afectos a la oposición, y presentados en un listado por Tania Mesa, secretaria regional de Salud, no muestran signos de violencia. Un segundo recorrido del Diario La Verdad constató que cada uno de ellos permanecía -ayer- en total normalidad, tanto en su funcionamiento como infraestructura”.
Repito estas líneas para demostrar una vez más la falsedad de las acusaciones. Insisto en no tener nada que temer por mi conducta y por eso deseo asistir a la Fiscalía para que no quede ninguna duda, a pesar de las voces que me aconsejan no comparezca.
Soy venezolano, nací en Boconó y vivo en Caracas. Trabajo para un diario, un portal de noticias y una radio venezolanos, mi sustento, mi carrera y mi familia están en Venezuela. Al entender que la citación es como testigo no soy objeto de ninguna imputación con la que podrían pretender encarcelarme o prohibirme la salida del país. Al contrario del consentido Snowden yo sí regreso a mi país a dar la cara, muy en alto, de haber cumplido siempre y con honestidad profesional el ejercicio del periodismo por más de 51 años. No conozco detalle alguno sobre hechos de violencia luego del 14A. Si los hubo no conozco a los responsables y desconozco su identidad. Los hechos de terceros no se me pueden atribuir por un tuit específico que nada decía sobre violencia y que jamás podría interpretarse como un llamado o instrucción a hacer algo concreto. Menos obedecer órdenes de partido político alguno y mucho menos aún ser el autor intelectual de una violencia en la que no creo y que por el contrario me he esforzado en llamar a la paz, al diálogo y a la concertación como lo hice el 14 de abril en aquel encuentro pluripartidista y democrático donde la Iglesia, la sociedad civil y lideres comunitarios llamamos a la reconciliación a partir del 15A.
Estando fuera, casualmente en la patria de Snowden no he pedido asilo a pesar de que dicen que trabajo para la CIA, para la misma agencia para la que en efecto trabajo y traicionó el filtrador de secretos hoy favorito de los gobiernos de la ALBA.
Cómo yo no soy, ni gringo, ni trabajo para la CIA, el Departamento de Estado o nadie que no sean mis lectores y escuchas, es imposible que se me detenga o que resulte perseguido y asilado por alguno de esos pecados. Veré si logro montarme en el avión, presentarme ante los Fiscales y mañana les cuento, si declaro como un simple testigo, sin consecuencia alguna, tal y como me han dicho.
Vale la pena insistir en el informe emitido por el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea) el 18 de abril en el que afirmó no haber conseguido evidencia alguna que corrobore los incendios supuestamente provocados por personas afectas a oposición en los CDI que señaló el Gobierno. Luego de consultar a distintos medios de comunicación que realizaron recorridos por los sitios sugeridos por voceros oficiales, entre ellos La Verdad, Provea lamentó que “la Agencia Venezolana de Noticias incumpla el mandato constitucional que exige el suministro de información de manera oportuna, veraz e imparcial”.
Finalmente, sentenció que “no haber rectificado los hechos que luego se demostraron como falsos, erosiona la credibilidad periodística del principal medio difusor de noticias del Estado y contribuye al aumento del clima de intranquilidad y zozobra en el país”.
Para terminar cito las palabras del escritor y periodista Leonardo Padrón apenas supo de esta citación: “se trata de una agresión contra el “periodismo serio” que obedece a directrices del Ejecutivo, tratando de implicar de una manera “ligera y arbitraria” a uno de los profesionales de la comunicación con más credibilidad en Venezuela. Desde Maduro para abajo hubo voces condenatorias a una información que ofreció Bocaranda a través del Twitter después de las elecciones del 14 de abril. Esto solo demuestra que lo que ellos anuncian es porque lo van a hacer. En este caso, se trata de un pase de factura al periodista que informó veraz y oportunamente sobre la salud de Chávez. No le perdonan que la verdad saliera a flote”.
@nelsonbocaranda