ORIAN BRITO PEÑA | EL UNIVERSAL
Venezuela se convirtió en un Estado forajido, donde las leyes son interpretadas a conveniencia del Poder y todo se cumple bajo un esquema represor con el propósito de mantenerse mientras elimina a quienes puedan poner en riesgo la mal llamada revolución. Hasta el momento, subestimar hechos tan graves que producen más detrimento a lo que una vez fue democracia, significa la pérdida de la capacidad de asombro frente a situaciones que se reproducen cada vez peor.
Frases como: "Lo hacen porque tienen miedo", "Están perdidos, por eso reaccionan así", salen a la palestra después de cualquier abuso oficial, el cual se impone sin miedo alguno. Cuando falleció Hugo Chávez, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, fue claro, decía que "era el comandante el muro de contención de muchas de esas ideas locas que se nos ocurren a nosotros"; con el pasar de los meses queda evidenciado que las ideas locas se están ejecutando. El hecho más reciente fue el allanamiento a la inmunidad parlamentaria del diputado Richard Mardo, en una sesión que daba tristeza y vergüenza, la cual violó los procedimientos legales para perjudicar a Mardo.
La cuenta en twitter de la fiscal Luisa Ortega Díaz, es el timeline del terror, donde cualquiera puede enterarse en el momento menos esperado, la ejecución de una orden judicial sin previa notificación a los implicados, no da opción ni de responderle el tweet para preguntar el ¿porqué? Mientras tanto, Iván Simonovis, otra víctima de la injusticia, padece nuevas complicaciones de salud ante la indiferencia de sus captores, quienes no le brindan la atención médica a tiempo; nuevamente su defensa solicitó por cuarta vez una medida humanitaria, solo queda refugiarse en la fe y esperar el milagro.
Resulta incompresible que frente a una crisis económica inocultable, corrupción, inseguridad e injusticia, el Estado se dedique a profundizar la polarización, como si se tratase de un esquema precisado a "no solo te arruino, sino que no te dejo en paz". En medio de todo el ciudadano, sumergido en la impotencia y en algunos casos desesperación, aprovecha las redes sociales para drenar mientras espera los lineamientos para protestar; particularmente en el caso de la oposición, Henrique Capriles convocó a una concentración para hoy, pero mientras unos aplauden la invitación, otros se dedican a desestimarla sin ofrecer otra alternativa.
Hay venezolanos que creen que por tener una cuenta en twitter y tener acceso a Globovisión, poseen las herramientas suficientes para batallar contra la injusticia. Otros son mucho más cómodos, esperan que sea un mesías quien asuma la responsabilidad y se comprometa a solventar la problemática arrastrada desde hace más de 14 años.
Es preciso unir criterios y sumar voluntades para crear un muro que detenga las violaciones constitucionales que se ejecutan día a día, cercenando así las garantías civiles; Cuba (principal "aliado" de Venezuela en la actualidad) representa un triste ejemplo de lo que pueden convertirse los ciudadanos que son coaccionados por el poder y aunque los contextos sociales, históricos son distintos, lo cierto es que no tomar las riendas a tiempo complican mucho más los esquemas. El tiempo de Dios es perfecto, pero no solo ese reloj tiene responsabilidad en la materia.
@OrianTw