HERMANN PETZOLD RODRÍGUEZ | EL UNIVERSAL
La semana pasada por medio de un familiar, me llegó un artículo muy pintoresco de una poetisa alemana, que había sido invitada a Venezuela al Festival Mundial de Poesía, en donde mencionaba todas las peripecias que le tocó vivir en su corta estancia en Caracas.
Más allá del caos imperante y por demás conocido por todos los venezolanos ya acostumbrados a anteponer el buen humor y la creatividad antes que la tristeza y la mediocridad. Me dejó preocupado en el artículo, cómo esta poetisa va describiendo a grupos de venezolanos que anteponían de forma egocéntrica a Chávez; como a través de imágenes del presidente recientemente fallecido se sigue recordando su memoría; como Chávez puede seguir siendo magnánimo capaz de ser y realizar cualquier acción; y como luego de meses de haber muerto siguen marcando el paso, la guía, las palabras y las acciones ante determinados hechos, grupos y personas.
Además, impacta y debe llevarnos a considerar que el chavismo sembró en 14 años, odio ideológico y amor fraternal que siguen dando los resultados esperados. Hay algunos que convivirán, irán y vendrán con el grupo político que mejor retorno económico les garantice, pero hay otros que son los chavistas por convicción y que sin lugar a duda son los más difíciles de cambiar. Como dicen: no hay peor sordo, que el que no quiere oír.
Yéndome al lado de la oposición. Específicamente a la MUD. Tengo la sensación de que su visión es más panorámica de una realidad que llega hasta a los más recónditos lugares de Venezuela. La MUD ha llegado admitir que "el gobierno de Maduro" o "las políticas" cuando hace unos meses decían que era ilegitimo porque Maduro había hecho fraude. Esta semana, se ha enfatizado en la nacionalidad de Maduro, lo que denota una vía de escape y miedo para enfrentar y manifestar que las elecciones fueron nulas. También, dicen que nos enfoquemos en el 8D cuando permancemos mutis con candidatos del PSUV inscritos en una ciudad, cuando en realidad habían nacido y vivido en otro lugar; e igualmente recomiendan votar porque el CNE garantizará algo que no ha hecho desde 1999.
Con promesas el pueblo no cambia. Con ideas el pueblo no come. El venezolano solo puede voltear a mirar una propuesta, cuando le transmita algo que Chávez -para mal- le hizo sentir, que fue un acercamiento más fuerte que una gestión política y social adecuada. Tenemos una oposición que nos habla con pocos detalles y palabras meditadas previas a decirlas o escribirlas, pero hace falta la figura talante, directa, para convertir aquellos hijos predilectos del chavismo en opciones fuera de este.
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