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lunes, 27 de abril de 2015

La burla permanente. Por Miguel Bahachille


MIGUEL BAHACHILLE M. | EL UNIVERSAL

La prensa del 16-4-15 dedicó sus primeras páginas a reseñar, casi con exclusividad, cómo este gobierno caritativo había derogado la disposición que constreñía el consumo del cupo electrónico en dólares de forma fraccionada. ¡Viva! ¡Vaya triunfo de la sociedad civil! Ahora el desembolso de Cencoex ($300) será como antes; a voluntad del usuario y hasta de una sola vez. ¡Qué bien! ¿Puede ser esa la efigie de un país que se distrae en lo menudo mientras el régimen lo destruye "a lo grande"?

Vale citar una fábula tejida alrededor de Miguel Ángel. Dicen que dijo: "la mejor manera de resaltar las partes preponderantes de una escultura es lanzándola desde lo alto de un risco; estas se preservarán sin importar el grado de escabrosidad del terreno. Lo mismo ocurre con la vida de las personas y de los pueblos; nos lanza por una colina y cuando llegamos abajo solo quedan los elementos esenciales. Así comenzamos a ver todo más claro".

¿Qué es lo preponderante hoy? Ciertamente a la mayoría carente de recursos propios para viajar al exterior le han cercenado el legítimo derecho de adquirir divisas, ¡sí, adquirir, no regalar!, pequeñas cantidades a valor controlado. Pero la tragedia del país va mucho más allá que eso. Hostigamiento estatal contra el ciudadano, vicios del sistema judicial, corrupción policial, proliferación de armas de fuego e impunidad ante el crimen urbano y rural, entre otros, sumados al alza y carestía de productos básicos, conforman una catastrófica mixtura que está por encima del "resto de las cosas".

La Justicia es un valor indiviso inexorablemente vinculado a la dignidad del hombre. Por lo tanto su vulneración implica deterioro de todo el sistema social. Como el Gobierno, por incapaz o por lo que fuere, desaira la justicia y obvia todo ámbito de los hondos conflictos del país, se limita a enunciar lemas encajados con un supuesto socialismo que a nadie interesa. Así lejos de corregir, el oficialismo persiste en continuar por el despeñadero iniciado hace 15 años.

Peor aún, el Gobierno se regodea pintando una revolución idílica que, además de restituir el cupo electrónico en divisas para "felicidad del pueblo", pudo acumular 12 millones de firmas no para defender la soberanía de la patria de Bolívar sino "el decoro" de 7 funcionarios acusados de corrupción y por violar los derechos humanos. El retintín preferido por el régimen de "intrigantes apátridas" ha servido para incriminar a los estimuladores de desbarajustes sociales que aguzan el aliento de las clases medias y populares.

Maduro no ha entendido que la burla permanente ha perdido el ímpetu que tenía cuando el Comandante Eterno dispendiaba los fabulosos ingresos petroleros sin control institucional. Hoy el 80% de los habitantes del país entiende cómo se llegó a la ruina y por qué es víctima de una delirante revolución que lo obliga a ocupar un tercio del tiempo, no para esparcimiento espiritual, en colas o tratando de abordar un transporte público digno.

Como si la ansiedad agrupada no fuere suficiente, el vecino debe soportar fatigosas cadenas de radio y TV en las que el Presidente retrata una Venezuela sublime, digna y esencialmente apacible, en la que es posible que surja de vez en cuando "algún problema inducido". Complot o guerra son los eufemismos preferidos para describir las causas del actual caos que arrincona al honesto. Ello se inscribe en el plan no escrito de la burla permanente.

El Gobierno, por encima de todo, busca aplacar la controversia acallándola o reprimiéndola. Solo debe hablarse del país en términos seductivos y no evocar la nostalgia por un pasado que los insensibles califican como "mejor". ¡No señor! Es menester liquidar todo rastro de influjo capitalista que perturbe la lucha de clases erigida por esta exitosa revolución. "Fin de la explotación del hombre por el hombre". Ahora equitativamente todos somos iguales por ejemplo en las colas.

¿Cree el Gobierno que el estado de desmembración social que se acrecienta en las calles, caseríos o ciudades del país puede preservarse con la burla permanente?

miguelbmer@gmail.com / @MiguelBM29


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