GUILLERMO GARCÍA | EL UNIVERSAL
Una nueva dinámica y revolución del mundo empresarial y de los negocios esta surgiendo hoy a nivel mundial: Los emprendedores. Ellos están cambiando las estructuras de negocios, las economías y los esquemas de crecimiento y generación de empleo. La pregunta pertinente es... ¿se esta haciendo algo en Venezuela para dar apoyo a estos emprendedores?
Un estudio reciente que mide a nivel mundial la voluntad de emprender un negocio a través de un "índice de emprendimiento"; los venezolanos clasificaron de acuerdo a las últimas mediciones, como uno de los primeros países con el más alto porcentaje de voluntad emprendedora a nivel mundial. No obstante, este potencial no se le ha dado ni la importancia ni el apoyo debido.
El reto que tenemos por delante en el país va más allá de la necesidad de generar 500 mil empleos anuales durante los próximos 12 años, para de alguna forma reducir sustancialmente el desempleo y la informalidad; sino crear una fuerza de trabajo productiva, capacitada, apta para producir con niveles de eficiencia y calidad que nos permita competir en este mundo cada día más globalizado y mejorar nuestra calidad de vida. Debemos cambiar el paradigma: que estudiamos y nos preparamos solo para que alguien nos emplee.
Debemos crear las condiciones financieras y legales, como de la formación educativa y profesional, que permita que los profesionales, técnicos universitarios y técnicos especializados, salgan de las instituciones docentes con la idea y la convicción de ser creadores de empresas (emprendedores) que generen empleo. En los países desarrollados las universidades tienen dentro de sus cátedras materias orientadas a formar emprendedores. Pero para ello se requiere de un gobierno y líderes que estén en sintonía con los cambios y tendencias que se producen a nivel mundial, conscientes de su responsabilidad y obligación como mandatarios y líderes de la sociedad de establecer la plataforma y políticas de Estado que brinden la mayor suma de oportunidades y de desarrollo a todos los ciudadanos sin exclusión.
Necesitamos crear nuevos empresarios, riqueza, nuevas formas de financiamiento que permitan el fomento de pequeñas y medianas industrias y de apoyo a los emprendedores. Debemos abrir el mercado financiero, de valores y de inversión a las compañías de capital de riesgo (Venture Capital). La Ley de Fondos de Capital de riesgos existe en el país. Se debe entonces promover en Venezuela la creación de estos Fondos de Capital de riesgo. En la misma dirección, debe impulsarse el establecimiento de bancos especializados en microfinanzas que den apoyo financiero a los emprendedores y desarrollar con más fuerza las Sociedades de Garantías (Sogampi y Sogatur) para que sirvan de soporte a los que se inician o requieren mayores financiamientos, pero no poseen las garantías reales para avalar sus solicitudes de créditos. Aquí debe haber un gran esfuerzo de coordinación entre los bancos, bolsas de valores, las sociedades de garantías y emprendedores para que estos mecanismos de auxilio y soporte no se queden en el papel, retórica y planes. La Superintendencia Nacional de Valores (SNV) debe incentivar y apoyar la aprobación de estas iniciativas de Fondos de Inversión empresarial y de construcción e inmobiliario, y su oferta en el mercado, creando las condiciones para su desarrollo en el país.
Si queremos de veras fomentar y dar impulso a nuevas iniciativas, a emprendedores, y apoyar a las empresas ya existentes a crecer, debemos poner atención a que los mecanismos de financiamiento funcionen y lleguen a los que les debe llegar. No obstante, que en el país contamos con un buen sistema financiero tradicional, la competencia en esta área de negocios, como es el de las microfinanzas, está prácticamente virgen, ya que la banca tradicional no está en su gran mayoría preparada para servir un segmento y área de negocios nueva y que requiere de manejos distintos a la de la gran banca. Incluso esta dificultad aumenta para las instituciones financieras pequeñas y medianas que ya en la actualidad confrontan problemas para alcanzar el porcentaje del 3% establecido por la Superintendencia de Bancos para la asignación de microcréditos. En consecuencia, instituciones especializadas en las microfinanzas y en la asistencia a emprendedores tienen un potencial de desarrollo y crecimiento enorme, igualmente la banca tradicional adecuando y creando nuevas estructuras orientadas exclusivamente a esta área de negocios.
La única manera de acabar con la pobreza y el desempleo es creando riqueza y dándole educación de calidad a todos los venezolanos y mecanismos de soporte, de esta forma estaremos sentando las bases para una Venezuela próspera, con ciudadanos emprendedores capaces y adiestrados para afrontar sus propios retos y generadores de millones de empleos de calidad. Allí está la verdadera revolución económica.
Asesor Financiero
Candidato AMDP Harvard University
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@asesorfinaciero