Alberto Quirós Corradi / El Nacional
Para simplificar un poco la interminable discusión sobre los precios petroleros quisiera comentar 3 variables:
1. Arabia Saudita. En noviembre habrá una reunión muy importante de la OPEP. Lo fundamental es discutir si conservar y abrir mercados es más importante que mantener precios. Todo, por supuesto, dentro de extremos manejables. Arabia Saudita parece inclinarse a favor de conservar y buscar nuevos mercados en un momento cuando los antiguos pudieran dejar de serlos en breve tiempo (Estados Unidos). Los sauditas y Estados Unidos podrían aliarse para competir con Rusia en el mercado europeo. Creo que Arabia Saudita cerraría producción solo cuando los bajos precios atenten drásticamente contra la producción de petróleo y gas de lutitas en los Estados Unidos. El mundo da muchas vueltas. En el pasado los sauditas negociaron con Estados Unidos hasta donde podían subir los precios petroleros. Ahora discutirán hasta dónde pueden bajar. Hay demasiadas tensiones en el Medio Oriente como para que Arabia Saudita tome acciones directas radicales contra los intereses de su “protector”. Los otros países productores del Golfo harán lo que decida Arabia Saudita. Irán está en espera de una reducción de las sanciones que se le han impuesto. Aspiran a retomar sus volúmenes de exportación y, por esta vez, podrían estar de acuerdo con mantener el status quo.
En resumen, parece que no habrá recortes de producción por parte de la OPEP y si los hay serán proforma. Además, Arabia Saudita no será, por esta vez, el salvador solitario de los demás países que tienen poco o nada que contribuir.
2. Precios y presupuestos. Dos comentarios sobre los cálculos del precio del petróleo que se requiere para cumplir los presupuestos de algunos países. Uno, excluyo a Venezuela de todo cálculo posible porque el ingreso petrolero nunca será suficiente para cubrir los caprichos, la corrupción y la pésima administración del socialismo del siglo XXI. Dos, todo negocio que está tambaleándose tiene dos opciones: aumentar los ingresos o disminuir los costos (o ambos). Me pregunto si algunos de los analistas revisaron el contenido de los presupuestos de esos países. El problema de naciones que dependen del precio del petróleo para financiarse es que es la única variable que manejan. Todos salen corriendo a la OPEP para, mediante un “cartelazo”, tapar un problema sin solucionarlo. Lo más seguro es que en Venezuela, con un ajuste presupuestario serio y algunas diversificaciones de la economía, pudiéramos vivir con un precio de $70 por barril y hasta menos. Además, la reducción del precio del petróleo no afecta a Venezuela sino en el tiempo. Ahora, necesitaremos menos años para terminar de destruir al país.
3. Precios y lutitas. A $80 por barril más de un nuevo proyecto de producción de las lutitas no será rentable. Por debajo de $80 se afectarán algunos campos ya operativos. Sin embargo, la mayoría de los analistas concluyen que el petróleo y el gas de las lutitas vinieron para quedarse. 1. La apuesta es que en poco tiempo los precios repuntarán. 2. Los investigadores buscan constantemente una mejoría de la productividad de las lutitas y ya se ha logrado alguna. 3. Los Estados Unidos no van a regresar a ser energía dependientes en gran escala. Si fuera necesario le impondrían un impuesto a las importaciones, subsidiarían a los productores, además de tomar otras medidas para proteger la producción doméstica de petróleo y gas.
PD: No entiendo por qué en Venezuela, país de alta inflación por muchos años, se comparan los egresos e ingresos en términos corrientes y no en valores reales. Por ejemplo, en Estados Unidos, país de baja inflación, en 1980 con $0,33 se podía comprar lo que se adquiere hoy con $1, con $0.13 en 1959 y con $0,73 en 2000. No nos dice nada comparar los ingresos petroleros de Venezuela de hace 10 o 20 años con los de hoy en términos corrientes.
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