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domingo, 15 de febrero de 2015

Tipo de cambio fijo con múltiples tasas. Por Alberto J. Hurtado


ALBERTO JOSÉ HURTADO B. | EL UNIVERSAL

Para justificar la participación del gobierno en el mercado cambiario con el fin de establecer la tasa que regirá las transacciones y definir las cuotas para dichas operaciones, se insiste en la utilidad de los regímenes de tipo de cambio fijo, dado que: a) garantizan un ancla nominal transparente, que permitiría la convergencia entre las tasas de inflación interna y externa; b) es simple de entender, y su tasa previamente definida facilita la toma de decisiones por parte de los agentes económicos; c) permiten ganar credibilidad, debido a que un tipo de cambio fijo creíble mejora la reputación del ente emisor del país que lo adopta; y d) pueden utilizarse para lograr control político mediante la asignación discrecional de las monedas extranjeras.

A pesar de esas ventajas, el esquema considerado tiene debilidades evidentes: 1) hay pérdida de la autonomía monetaria, conllevando a que toda intervención del Banco Central para modificar la tasa de interés doméstica y la oferta de dinero ocasione disminución en las reservas internacionales; 2) incrementa la exposición a shocks externos, por lo cual la economía reflejará los cambios que se presenten en la evolución de la divisa seleccionada y en los resultados de los mercados internacionales (por ejemplo: caídas en el precio del barril de petróleo); 3) es sensible de ataques especulativos; 4) puede ocasionar crisis financieras y cambiarias, cuando los niveles de moneda extranjera en disposición del sector público son insuficientes y se pierde credibilidad en el sistema; y 5) lleva a la aparición de un mercado negro de divisas.

El funcionamiento de la economía donde se implemente un sistema de tipo de cambio fijo dependerá de la disciplina fiscal y los resultados macroeconómicos (crecimiento, inflación, desempleo), que se alcancen con las decisiones del gobierno vía gasto público, subsidios y transferencias. Si la gestión fiscal profundiza los desbalances en las cuentas públicas y estos son corregidos mediante la monetización del déficit fiscal, se ocasionará una profunda disminución de las reservas internacionales, pérdida del poder adquisitivo de los tenedores de moneda nacional y colapso del esquema cambiario establecido.

De insistirse en mantener el régimen de tipo de cambio fijo para la asignación de divisas pero con múltiples tasas, se exacerban las desventajas antes señaladas y se distorsiona el entorno de incentivos que tienen los ciudadanos para demandar u ofrecer moneda extranjera. De esta manera, se hace más complicado realizar cálculos económicos (de ahorro, inversión, producción), se incrementa el interés de las personas para acceder a las divisas racionadas a la tasa subsidiada, se profundiza el diferencial entre los tipos de cambio oficiales y el precio de la divisa en el mercado negro, y aumentan las presiones sobre el nivel de divisas disponibles en las reservas internacionales.

@ajhurtadob


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