ELIDES J. ROJAS L. | EL UNIVERSAL
La revolución ciertamente ha sido prolífica en ciertos aspectos. Ha generado decenas de trabajos y oficios raros, se han originado extraños mercados, muchísimos negocios de alto vuelo, pero también compra y venta de cualquier tipo de cachivache imaginable. Claro. Es lo normal. Después de 16 años y con el país volteado como una media nada es igual. O muy pocas cosas quedan que se puedan percibir de la misma manera que en el siglo pasado. Lo malo es que la mayoría de los casos el cambio fue para atrás. Retroceso y en bajada.
En materia laboral la creatividad del venezolano, incrementada en tiempo de revolución, lo ha llevado a inventar formas de subsistencia, cuestionables la mayoría, pero que cumplen con el digno propósito de ganarse unos reales casi sin hacer nada. Sobrevivir con el mínimo esfuerzo y sin mañana entre los planes. Veamos algunas categorías.
Cuidador de puestos en colas. Esta distinguida disciplina se abre como una de las opciones de mayor futuro en el país. Solo necesita un banquito para sentarse y la disposición a meterse en colas por comida, documentos o trámites. Da lo mismo. Guardar el puesto a otro puede significar un ingreso de hasta mil bolívares diarios sin descuentos.
Bachaquero. En cualquiera de sus modalidades genera excelentes ganancias. Comprar barato para revender más caro es la clave del comercio aquí, en el capitalismo, en la China y también en revolución. Es más, el negocio es mejor donde hay controles y escasez, como es el caso venezolano. Así que esta variante de oficio también se ubica entre las de mayor futuro y rentabilidad.
Cuidador de carros y facilitador de estacionamiento. Son dos oficios independientes, aunque los mejores dotados han logrado especializarse de tal manera que ejercen las dos opciones. Se inventan puestos de estacionamiento en la calle y le cuidan el carro. Este oficio tiene la ventaja de que se convierte en una especie de agente de relaciones públicas de la cuadra. Sabe de todo y conoce a todo el mundo. Se gana su platica casi con los ojos solamente y haciendo señas a los conductores.
Gestor de medidas revolucionarias. Son aquellas decisiones que emanan del gobierno para generar más controles y más alcabalas que terminan en corrupción pareja y de bajo nivel. En los últimos días, con las restricciones impuestas a los viajeros para obtener divisas han aparecido, por ejemplo, gestores de tarjetas de crédito de la banca pública, única forma de obtener dinero que valga en el exterior. Hay que recordar que el bolívar no es aceptado más allá de los cuatro puntos cardinales de Venezuela.
En el ámbito de negocios, mire que la cosa sí que es de éxito seguro. No hay carros. Se ensamblan muy pocos vehículos en el país. Solo el gobierno importa, pues es el que tiene los dólares, pero esos carros tienen dueño adelantado. Así que el mercado negro de vehículos nuevos crece y se convierte en punta de lanza de la nueva economía. Incluso los carros usados son oro en esta etapa del país. Pero estos negocios incluyen también apartamentos en alquiler, aparatos, repuestos y cualquier cosa que haya desaparecido del mercado.
Hay futuro, después de todo.
erojas@eluniversal.com / Twitter: @ejrl
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